¿Por qué la proliferación de criptomonedas atenta contra el medio ambiente?
Procesar una compra o venta mediante Bitcons consume grandes cantidades de energía Actividad supera al consumo anual de Noruega o Chile y de empresas tecnológicas como Facebook o Google
Procesar una transacción financiera mediante una criptomoneda en Internet consume grandes cantidades de energía al año, incluso por encima de países industrializados y grandes empresas tecnológicas como Facebook o Google.
Y es que uno de los aspectos más llamativos de las criptomonedas es la cantidad de electricidad necesaria para que las transacciones de compra y venta se puedan llevar a cabo mediante un proceso conocido como minería, donde voluntarios registran los movimientos del mercado de forma descentralizada mediante la tecnología Blockchain.
Se estima que minar Bitcoins consume unos 143 teravatios por hora (TWh) de electricidad al año, más que muchos países del mundo y que representa casi el 0,65% del consumo energético mundial.
A manera de ejemplo, Noruega consume unos 124 TWh de electricidad, mientras que Chile unos 74 TWh anuales.
De esta forma, si el Bitcoin fuera un país, sería la nación número 27 del mundo con mayor demanda energética del planeta de acuerdo con el Bitcoin Electricity Consumption Index desarrollado por la Universidad de Cambridge.
Más de 8.400 criptomonedas existen en la actualidad en el mundo, donde el Bitcoin, cuyo precio hoy supera los $57 mil por unidad y se mantiene como el líder indiscutible del mercado.
Y tal ha sido el boom de esta nueva tecnología que se traslada a método de pago, donde no es regulada más que por la oferta y la demanda de la criptodivisa, que incluso existe con una versión nacional denominada CRCoin que salió al mercado nacional en 2020.