País cerca de cumplir su meta de fincas ganaderas adaptadas al cambio climático
Manejo de desechos, protección del agua y rotación de potreros entre medidas ambientales
Con 1.100 fincas inscritas en un programa para mitigar las emisiones en la ganadería, conocido como NAMA, el país se acerca a la meta de adaptar al cambio climático 1.773 de estas unidades productivas al año 2022.
Las más recientes en cumplir esta meta fueron 75 fincas de la zona norte, donde 320 ya tienen medidas de adaptación.
La meta está cerca luego de que en 2015 se trazara el objetivo de reducir un equivalente en reducción de carbono (CO2) de 39 mil toneladas métricas.
Mediante este plan se promueve que las fincas adopten conductas amigables con el ambiente, como diversas fuentes para la alimentación animal, ensilaje del pasto para el ganado, cultivo de bancos forrajeros, manejo y rotación de potreros.
Se aspira además al manejo inteligente del agua, cosechando la que proviene de la lluvia y reutilizando el recurso para las actividades productivas. También se protegen nacientes y fuentes de agua mediante el cultivo y protección de árboles y respeto de las áreas de retiro.
Los productores, a su vez, son capacitados en buenas prácticas agrícolas y de manufactura, de forma que los desechos que generen no provoquen contaminación.
Otro aspecto que es fortalecido es el uso adecuado de los desechos orgánicos e inorgánicos, los cuales se utilizan para preparar abono orgánico y compostajes, entre otros procesos propios de la actividad ganadera.
“Hemos logrado reducir el impacto en el suelo, incrementar los bancos forrajeros y mejorar la producción y generar más riqueza a las familias productoras, porque cuando se adapta la finca, el impacto positivo se refleja en las condiciones de vida de esas familias”, expresó Renato Alvarado, ministro de Agricultura y Ganadería.
Su avance es importante para que Costa Rica cumpla con sus ambiciones climáticas de ser carbono neutral para el año 2050, ya que la ganadería es responsable del 23% de las emisiones brutas de Gases de Efecto Invernadero (GEI), según datos del Programa Nacional de Ganadería.
La Estrategia para la Ganadería Baja en Carbono 2015-2034 espera compensar hasta un 2% de GEI por cabeza de ganado en un periodo de 20 años, sin dejar de lado la parte productiva, pues a la par de esto se contempla un aumento de los ingresos por ventas de carne y leche a una tasa anual del 3% sobre el monto base.
En el país hay más de 1,6 millones de cabezas de ganado vacuno, según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019.
Un rumiante produce en promedio 250-500 litros de metano por día y se calcula que el ganado es responsable de hasta el 14% de todas las emisiones de efecto invernadero derivadas de la actividad humana.