4 recomendaciones para que sus hijos vuelvan motivados a clases
Dedicar algunas horas a repasar la materia del año pasado para la semana de diagnóstico es uno de los consejos
Mantener pequeñas rutinas de estudio de aproximadamente 30 minutos puede marcar la diferencia entre ingresar con temor o confianza de cara al curso lectivo que iniciará en febrero próximo.
Y es que, si durante las vacaciones se rompe la rutina de trabajo de los niños y si no se fomenta el cumplimiento de pequeños deberes, cuando vuelvan a las aulas será más difícil recuperar el ritmo que tenían antes, de acuerdo con Melania Baltodano, profesional en instrucción educativa.
“El cerebro se debe activar y ejercitar todos los días, lo que es especialmente importante en edades tempranas para evitar una afectación en la continuidad del aprendizaje de las materias más susceptibles, sobre todo en aquellas que implican procedimientos, como las operaciones matemáticas, lectura y escritura”, indica la experta.
Esta práctica podría valorarse, incluso, como un coadyuvante en el esfuerzo para combatir el rezago académico que enfrenta actualmente el sistema educativo nacional, reforzando aquellos temas que son base para los siguientes niveles pero que aún no son dominados por completo por los alumnos.
LAS CUATRO RECOMENDACIONES
• Las rutinas de estudio deben ser viables, es decir, que van en un rango de entre 10 y 30 minutos y cuyas asignaciones estén adecuadas al nivel respectivo
• Se recomienda que se realice en la mañana. No importa el lugar donde se encuentren pasando las vacaciones, se sugiere que los niños realicen sus asignaciones antes de iniciar las demás actividades del día
• Los padres y encargados deben propiciar que estos espacios sean divertidos y entretenidos siempre manteniendo una línea de independencia en la que realicen por ellos mismos las asignaciones. El rol de la familia es acompañar y motivar
• Las materias también se pueden repasar de manera casual a lo largo del día, por ejemplo, escuchando canciones o películas en inglés, pidiendo a los niños que realicen operaciones matemáticas mientras se va de compra o terminando el día con la lectura de un libro