Conozca la gastroscopia: clave para la detección temprana del cáncer de estómago
Diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre encontrar una lesión de fácil resolución a una más avanzada Estudio permite visualizar el tracto digestivo superior: esófago, estómago y el duodeno, que es la parte inicial del intestino delgado
El cáncer gástrico ocupa el primer lugar en muertes por este padecimiento en Costa Rica, según datos de la Agencia Internacional para el Estudio de Cáncer (IARC) de la Organización de la Salud (OMS).
En este sentido, estudios como la gastroscopia se convierten en una herramienta vital y oportuna, ya que permite a los médicos realizar diagnósticos en estadios tempranos de cáncer, así como también reducir el riesgo del desarrollo de otras patologías.
“La gastroscopia es un estudio médico que permite visualizar el tracto digestivo superior y que resulta fundamental para prevenir enfermedades y detectar lesiones tempranas en el esófago, estómago y duodeno” explicó Fabián Chaverri, médico especialista en gastroenterología del Hospital Metropolitano.
El procedimiento permite visualizar en tiempo real a través de un equipo especial con una fuente de luz que proporciona una imagen de alta definición.
“Es un examen que se realiza bajo sedación controlada, lo que permite al médico explorar adecuadamente todas las partes del tracto digestivo sin que el paciente sienta dolor o molestias”, Chaverri.
La preparación para una gastroscopia es sencilla, solo se necesita un ayuno de ocho horas antes del procedimiento.
El paciente acude al servicio, donde se le realizan algunas preguntas de rutina y se le pide que firme los consentimientos informados que autorizan el estudio y la sedación, para que a través de una vía periférica se administre el medicamento que seda al paciente.
“Una vez finalizado el procedimiento, que suele durar entre ocho y 15 minutos en el caso de una gastroscopia de diagnóstico, el paciente despierta en pocos minutos sin dolor ni molestias, y puede retomar sus actividades normalmente”, detalla el especialista.
Este estudio médico está recomendado en diferentes casos. El primer grupo son aquellos pacientes que presentan síntomas como ardor o dolor estomacal, reflujo, vómitos con sangre o deposiciones oscuras. El segundo grupo son las personas mayores de 40 años, especialmente aquellas con antecedentes familiares de cáncer gástrico, como papá, mamá o hermanos, quienes deben realizarse este examen de forma regular, incluso antes de la edad mencionada.
“Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre encontrar una lesión temprana de fácil resolución a encontrar una lesión avanzada, donde efectivamente existe mayor riesgo en la vida del paciente”, enfatiza Chaverri.
El tercer grupo comprende a aquellos pacientes con condiciones establecidas, como esófago de Barrett, metaplasia intestinal o gastritis crónica, quienes deben someterse a gastroscopias de seguimiento cada cierto tiempo.
Por último, antes de realizar ciertos procedimientos, como cirugía bariátrica o el inicio de ciertos medicamentos, se recomienda realizar una gastroscopia para evaluar la anatomía y el estado del estómago.
Durante una gastroscopia se pueden detectar diversas enfermedades digestivas como reflujo esofagitis, cáncer de esófago, erosiones, úlceras, pólipos y lesiones sugestivas de malignidad y en caso de encontrar alguna anomalía, se realiza una biopsia para obtener más información y brindar un diagnóstico preciso.
La evolución en la realización de las gastroscopias ha permitido contar con equipos de alta definición que ofrecen una mejor imagen y eficiencia en el procedimiento. Además, los medicamentos utilizados para la sedación son más seguros y permiten una rápida recuperación del paciente.
“En Costa Rica, el cuidado de la salud gástrica es fundamental debido a la alta incidencia de enfermedades digestivas. El costarricense suele padecer muchos problemas estomacales, lo cual se debe en gran parte a nuestro estilo de vida y la calidad de nuestra alimentación”, finalizó Chaverri.