¿Cómo sacarle el mayor provecho a las tabletas, celulares y relojes inteligentes como herramientas educativas?
Ministerio de Educación reforzará la enseñanza de diferentes tecnologías en este curso lectivo
Llevar el celular o la tableta al centro educativo, principalmente en secundaria, se ha convertido en una práctica común por parte de estudiantes, y que los mismos docentes han aprovechado para integrarlos al proceso de enseñanza.
Esto ha impulsado, por ejemplo, el uso de e-books a fin de alivianar la carga de libros físicos, los que, a su vez, cuentan con códigos QR que redirigen al estudiante a sitios web que les permiten complementar el contenido con prácticas y otros recursos adicionales.
“Una de las ventajas de utilizar celulares o tabletas en el proceso pedagógico es que se posee mayor acceso a la información, debido a que estos dispositivos permiten a los estudiantes acceder a una gran cantidad de recursos educativos de forma instantánea, promoviendo la interactividad y participación”, comenta Celieth Ramírez, especialista en enseñanza de I y II ciclo.
No obstante, para que estos elementos no se conviertan en distractores, la comunicación entre el estudiante y el formador, así
como la intervención de los padres de familia, es crucial.
Y es que, además de los productos tecnológicos previamente mencionados, wearables como relojes inteligentes o audífonos también entran en este contexto.
“Hay que promover asertivamente su integración en actividades educativas. Tal es el caso de que los audífonos, los cuales pueden ser útiles para escuchar grabaciones de conferencias o podcasts educativos, mientras que los relojes inteligentes pueden ser utilizados para acceder a aplicaciones de aprendizaje que ofrecen ejercicios de repaso o material de lectura”, opina Claudio Valverde, vicerrector de Docencia de la Universidad Cenfotec.
Justamente, para el curso lectivo que arrancó este jueves, el Ministerio de Educación Pública ha integrado la enseñanza de tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, así como instrucción desde edades tempranas sobre buenas prácticas en el uso de los dispositivos, vinculado con ciberseguridad y ética, entre otras áreas.
En ese sentido, expertos consultados por LA REPÚBLICA esperan que ese refrescamiento de los programas tecnológicos genere una mayor conciencia en todas las partes vinculadas al proceso didáctico sobre cómo sacarles el mejor provecho a las innovaciones disponibles para tales propósitos.
“A edades tempranas del proceso educativo lograr incorporar la tecnología es definitivamente un éxito, porque los estudiantes cuando lleguen a niveles superiores tendrán un mayor conocimiento de su uso no solo en lo técnico, sino también en aspectos como la responsabilidad que ello implica”, acota Francisco Vargas, vicepresidente del Colegio de Profesionales en Informática y Computación.
Por otra parte, el profesor debe de contar con competencia para orientar a los alumnos en aspectos vitales como la seguridad en línea, protección de la información personal, acoso cibernético, entre otros, así como el pensamiento crítico a la hora de buscar información, generando conciencia para que haya un equilibrio en su uso, concluye Marianela Núñez, rectora de ULACIT.