El dulce sabor del oro
PRIMERA MEDALLA DORADA DE BRASIL EN FÚTBOL
El pueblo brasileño llevaba 66 años esperando celebrar en su más grande escenario futbolístico, el estadio Maracaná, en Río de Janeiro.
Ayer la espera llegó a su fin y Brasil se apeó al gorila que tenía encima desde aquella sufrida final del Mundial de 1950 que perdió ante Uruguay (2-1).
Los fantasmas del Maracanazo salieron espantados cuando Neymar clavó el último penal y le dio la medalla de oro a Brasil.
El crack del Barcelona le entregó a su país, por primera vez en la historia, la medalla de oro en el fútbol olímpico.
Después de 120 minutos de intensa batalla, el partido acabó con empate 1-1, gracias al golazo de tiro libre de Neymar a los 27 minutos y el pepino del empate teutón a cargo de Maximilian Meyer al 59’.
Neymar volvió a brillar en los penales y también tiene mérito el portero Weverton, que tajó el último disparo de Nills Petersen.
Venganza. Dos años después de la humillación sufrida ante Ale- mania en la goleada de 7-1 que los dejó sin la final del Mundial, Brasil cobró venganza.
El fútbol brasileño necesitaba esto, pues la Copa Confederaciones ganada en 2013 en ese estadio ante España no era suficiente.
Con la medalla de oro en el pecho, Neymar asumió el papel de hé- roe local.
¿Qué habría pasado si Neymar hubiese jugado la semifinal del Mundial-2014? ¿Lo de ayer en el Maracaná? Todo puede suceder en el fútbol.
Lo cierto es que el astro le regaló a Brasil el oro olímpico de Río-2016 y pudo calmar, por ahora, el moles- to fantasma del 7-1.
Figurón. Neymar necesitaba un juego como el de ayer en el mismísimo templo del fútbol brasileño, y mucho mejor ante Alemania, para sanar el orgullo herido y frenar la caída libre de la Auriverde desde hace dos años.
Llamado a ser el heredero de Pelé, Neymar tomó la bandera del alicaído fútbol brasileño luego del fracaso en el Mundial de Sudáfrica 2010 y desde entonces el camino recorrido le ha mostrado más las caras de la derrota y la decepción.
Los Juegos Olímpicos arrancaron para Brasil en medio de decepciones, con Neymar en la mira de los francotiradores por su bajo ren- dimiento y por dos empates sin goles ante Sudáfrica e Irak.
Brasil se recuperó y derrotó con goleadas y autoridad a Dinamarca (4-0) y Colombia (2-0) para llegar a la lucha por las medallas.
El astro guió a la Seleçao para darle a Honduras un baile de 6-0 en el Maracanáy así llegar a la final contra Alemania.
Dicen que no hay alegría sin dolor, y Brasil sufrió hasta el último minuto con los germanos antes de desatar el carnaval. La llave maestra de la felicidad total la tenía Neymar, golazo de tiro libre y el quinto penal en sus pies.
Brasil por fin abrazó su sueño dorado. Ycon un monstruo como Neymar tenía que ser posible.