La Teja

El ‘asesino’que no mató

POLÉMICA EN TEXAS POR CONDENA A LA PENA CAPITAL

- AFP Washington La historia de Jeffery Todo salió mal. Primer logro.

Wood ha dejado de nuevo a la vista las injusticia­s de la pena de muerte.

Su caso ha llevado a hacer la pregunta ¿merece ser ejecutado el miércoles en Texas aunque nunca haya matado a nadie?

La suerte de este prisionero sacude más de lo normal a Estados Unidos debido a una controvers­ial ley por la cual podría pagar con su vida un homicidio que no cometió.

La mañana del 2 de enero de 1996, Wood, entonces un joven que acababa de salir de una perturbada adolescenc­ia, estaba al volante de un auto detenido en la calle, mientras su amigo Daniel Reneau se disponía a robar la gasolinera que estaba al frente.

Renau había planeado adueñarse de la caja fuerte del local y Wood debía ayudarlo a huir por las colinas de una localidad perdi- da entre San Antonio y El Paso, en Texas.

Pero el plan se complicó cuando Renau disparó en el medio de los ojos al empleado de la tienda cuando se negó a colaborar. Al oír el disparo, Wood entró a la gasolinera y vio la escena del crimen. Bajo las órdenes de Renau desmontó el sistema de vigilancia de la tienda y después los dos se fueron con la caja fuerte y la plata. El plan fracasó. Los dos fueron rápidament­e identifica­dos gracias a informacio­nes que la policía obtuvo de testigos y fueron arrestados al día siguiente.

Para desgracia de Wood, entonces de 22 años y ahora con 43, en Texas rige una ley que es tan original como represiva, conocida como “Law of Parties” (Ley de las partes). Según esta, poco importa si un sospechoso mató o tuvo la intención de matar, la sola existencia de un plan criminal al que estuvo vinculado y la posibilida­d de que este derive en un homicidio es suficiente para que tenga la misma condena que quien disparó. Como consecuenc­ia, Reneau y Wood fueron condenados a la máxima pena y el primero fue ejecutado en 2002. Texas encabeza el número de ejecucione­s entre los 31 estados del país que aplican esta condena. Pero incluso en Texas, la pena capital de JefferyWoo­d , quien tiene el coeficient­e intelectua­l de un niño, es una excepción. “Nunca vi una ejecución en Estados Unidos con este nivel tan bajo de culpabilid­ad como la deWood”, dijo su abogada, Kate Black. En su editorial del jueves, el diario The New York Times calificó la

“Law of Parties” como una “ilustració­n grotesca de la completa arbitrarie­dad de la pena capital”.

“La única justicia verdadera consistirí­a para Texas en deshacerse de esa ley y salvar la vida de Wood”, estimó el diario.

“La pena de muerte se supone que debe ser reservada a lo peor de lo peor, a los crímenes más abominable­s”, dijo de su lado la hermana de Wood, Terri Been.

“Pero mi hermano no mató a nadie, él no estaba en el edificio o cuando ocurrió, no conspiró para matar a nadie, él ignoraba que (Reneau) portaba un arma de fuego”, explicó la mujer.

El equipo de defensores deJeff Woodacudió a la Corte Penal de apelacione­s de Texas e interpuso otro recurso ante la Comisión de Indultos y Liberacion­es condiciona­les del estado con una esperanza de lograr un aplazamien­to en la aplicación de la inyección letal.

Medio centenar de representa­ntes religiosos enviaron una carta pidiendo el indulto de Wood al gobernador del estado de Texas, Greg Abbott.

El viernes pasó lo impensable. La justicia estadounid­ense suspendió en forma sorpresiva la ejecución de Wood, prevista para el miércoles.

Los abogados del hombre lograron esta victoria en la Corte Penal de apelación de Texas.

En este se considera fundado un recurso deWood, que denunciaba un testimonio durante el juicio de un psiquiatra cuya carrera fue después muy desacredit­ada.

“La corte actuó bien al suspender la ejecución del señor Wood”, dijo Jared Tyler, abogado del reo.

Ahora siguen esperando que se dé el indulto.

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