Los Obama saludan a abue de Medford
Barack y Michelle Obama siempre han dejado claro que son una pareja sencilla y puras tejas.
Si alguien lo duda podría preguntarle a Hernán Medford, el entrenador de Herediano.
Resulta que la abuelita paterna del técnico, doña Annettia Medford Sterling, llegó a los 107 años el 13 de diciembre del año pasado y recibió un regalo muy especial.
La señora vive en el Bronx, Nueva York, y hasta allá le llegó una carta de felicitación de la hasta hoy pareja presidencial de Estados Unidos.
Los Obama la saludan por el logro de una vida tan larga, algo que tiene con la boca abierta a Hernán y a sus parientes.
“Imagínese que son los Obama y aún están en el poder. Cuando mis primos que viven en Nueva Yorkme mandaron la foto de la carta quedé sorprendido. Estamos muy orgullosos”, dijo Medford.
Pero, ¿cómo fue que el presidente de Estados Unidos y su esposa supieron que doña Annettia estaba de fiesta?
Bueno, fue por medio de una primera carta que le mandó a la primera dama Sonia Williams, una sobrina de doña Annettia. En el documento le informaba a Michelle del cumple de la señora, según contó German Medford, el tata de Hernáne hijo de la centenaria abuelita.
Muy generosa.
Doña Annettia nació en Jamaica y sus padres la trajeron a Limón cuando ella tenía cerca de 10 años y allá se crió.
Cuando fue una mujer hecha y derecha viajó a San José, donde hizo su vida y tuvo cinco hijos (tres ya han fallecido). A inicios de los años 70 pasaba por una situación económica complicada y se le presentó la oportunidad de resolverla en Estados Unidos.
“Se fue sola y trabajó en el cuidado de personas mayoresy desde entonces vive allá”, explicó German.
Añade el hijo que por la edad, algunas veces le falla la memoria y necesita andadera para caminar, pero siempre muestra su dulzura y solidaridad con los demás. German recordó que una vez la trajo al país con la idea de que se quedara a vivir y para que descansara sin hacer nada. “Tenía como 85 años y fue un error. Duró tres meses y se fue. Luego fui a visitarla y en comparación a lo que yo quería para ella, nada que ver. Vivía cerca de un edificio de adultos mayores y era muy activa, les enseñaba a tejer y yo pretendiendo que descansara”, dijo.
Muy bien. Hernán nos contó que la última vez que la vio fue hace algunos años (hay fotos del 2002) y la vio como un roble, lúcida y fuerte. “Recuerdo que con ella tuve una relación normal, de abuela a nieto. Mi papála visita ca- da año y estamos pendientes de ella mediante los primos que tenemos allá”, dijo.
La señora es generosa y querida por todos; eso sí, tiene su carácter. Su hijo la describe así: “Ella preparó a sus hijos para que entendiéramos la vida, es de carácter fuerte, pero a la vez, siempre está ayudando a la gente que pueda”.
Explica German que de niños eran pobres y que su mamá se iba a trabajar y regresaba con gente aún más humilde y compartía lo que tenían.
“Era muy solidaria y les daba comida pese a que nosotros no teníamos”, cuenta.
Hoy, cuando los Obama dejan la Casa Blanca en manos de un hombre poco querido, es bueno recordar a una pareja que se ganó al mundo con detalles como la carta a la abuela Annietta.