La Teja

Rapto dejó unahuella

MUJER VIVIÓ PESADILLA A LOS 8 AÑOS

- ALEJANDRA PORTUGUEZ alejandra.portuguez@lateja.cr Katherine Sáenz, Las novedades.

de 28 años, se considera una mujer sensible y sin duda tiene razones para serlo. Ella logró sobrevivir a un rapto ocurrido cuando tenía apenas 8 años y eso la marcó.

Le es imposible no llorar cuando oye que hay menores de edad desapareci­dos. Sabe que pueden estar pasando hambre, frío y encontrars­e muy asustados por estar con extraños.

Su caso pasó así. El miércoles 6 de noviembre de 1996, cerca de la 1 p. m., estaba jugando en la plaza de la escuela de San Francisco de Concepción de Tres Ríos cuando un hombre que vendía postales la engañó. Le dijo que visitarían a unos familiares en Guanacaste y que su mamá le había dado permiso de ir.

Dice que estaba confundida, que el tipo le dio a oler algo y ella perdió el conocimien­to. Cuando recobró la conciencia estaba cerca de unas fincas de caña en Santa Cruz de Guanacaste.

“Llegamos a un bar y me dijo que esperara en una parada de buses. Creo que fue a comprar cigarros y seguro vio las noticias porque cuando regresó estaba asustado y comenzamos a caminar rápido”, dice.

Llegaron a un camino poco iluminado, donde estaban unas fincas de caña y al fondo había casas. Continuaro­n caminando y a lo lejos vieron a unos policías que hacían retenes.

“Mi familia cuenta que las fronteras fueron cerradas y los medios de comunicaci­ón difundían mi foto, todos me buscaban y yo siento que eso fue muy bueno”, explica.

Al ver a los polis, el tipo le dijo a Katherine que se devolviera­n y se encontraro­n un pick up en el que dormía un borracho.

“El tipo que me secuestró bajó al otrohombre, lopusoenla acera, se montó y se fue. Ahí me quedé con ese otro señor, cuando este despertó solo me llamaba y se trataba de acercar, pero me asusté más y fue

cuando comencé a llorar. No tenía por dónde escapar, el camino también tenía partes donde había luz y en otras no”.

Los gritos de la niña fueron tan fuertes que una vecina, identifica­da después como Leda Hidalgo, y un hijo de ella salieron de la casa y la rescataron. Luego coordinaro­n con la Policía.

Veinte años después Katherine le da gracias a Dios por estar viva.

Cuenta que por su caso hubo un juicio y en su declaració­n el bicho dijo a los jueces que le habían pagado para robarla.

“Pero no dijo quiénes, seguro me pretendían sacar del país para prostituci­ón o venta de órganos”, afirma.

Katherine es ahora madre de dos niñas de 10 años y de un añito. Asegura que siempre piensa en ellas, sobre todo porque cree que ahora hay mayor maldad que antes.

Ahora está terminando el bachillera­to por madurez. También desea estudiar Recursos humanos o ser trabajador­a social por ella y por sus hijas.

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