Rapto dejó unahuella
MUJER VIVIÓ PESADILLA A LOS 8 AÑOS
de 28 años, se considera una mujer sensible y sin duda tiene razones para serlo. Ella logró sobrevivir a un rapto ocurrido cuando tenía apenas 8 años y eso la marcó.
Le es imposible no llorar cuando oye que hay menores de edad desaparecidos. Sabe que pueden estar pasando hambre, frío y encontrarse muy asustados por estar con extraños.
Su caso pasó así. El miércoles 6 de noviembre de 1996, cerca de la 1 p. m., estaba jugando en la plaza de la escuela de San Francisco de Concepción de Tres Ríos cuando un hombre que vendía postales la engañó. Le dijo que visitarían a unos familiares en Guanacaste y que su mamá le había dado permiso de ir.
Dice que estaba confundida, que el tipo le dio a oler algo y ella perdió el conocimiento. Cuando recobró la conciencia estaba cerca de unas fincas de caña en Santa Cruz de Guanacaste.
“Llegamos a un bar y me dijo que esperara en una parada de buses. Creo que fue a comprar cigarros y seguro vio las noticias porque cuando regresó estaba asustado y comenzamos a caminar rápido”, dice.
Llegaron a un camino poco iluminado, donde estaban unas fincas de caña y al fondo había casas. Continuaron caminando y a lo lejos vieron a unos policías que hacían retenes.
“Mi familia cuenta que las fronteras fueron cerradas y los medios de comunicación difundían mi foto, todos me buscaban y yo siento que eso fue muy bueno”, explica.
Al ver a los polis, el tipo le dijo a Katherine que se devolvieran y se encontraron un pick up en el que dormía un borracho.
“El tipo que me secuestró bajó al otrohombre, lopusoenla acera, se montó y se fue. Ahí me quedé con ese otro señor, cuando este despertó solo me llamaba y se trataba de acercar, pero me asusté más y fue
cuando comencé a llorar. No tenía por dónde escapar, el camino también tenía partes donde había luz y en otras no”.
Los gritos de la niña fueron tan fuertes que una vecina, identificada después como Leda Hidalgo, y un hijo de ella salieron de la casa y la rescataron. Luego coordinaron con la Policía.
Veinte años después Katherine le da gracias a Dios por estar viva.
Cuenta que por su caso hubo un juicio y en su declaración el bicho dijo a los jueces que le habían pagado para robarla.
“Pero no dijo quiénes, seguro me pretendían sacar del país para prostitución o venta de órganos”, afirma.
Katherine es ahora madre de dos niñas de 10 años y de un añito. Asegura que siempre piensa en ellas, sobre todo porque cree que ahora hay mayor maldad que antes.
Ahora está terminando el bachillerato por madurez. También desea estudiar Recursos humanos o ser trabajadora social por ella y por sus hijas.