Temor de papá salvó a hija
El temor de un papá que un carro terminara clavado en su casa evitó, muchos años después de su muerte, que un contenedor matara a su hija la madrugada de este martes en barrio México.
A inicios de los ochenta, Jorge Barrantes construyó una viga de concreto al frente de su casa, entre la cochera y el cuarto de su hija Elena Barrantes, que tiene hoy 68 años. Eso frenó la posible tragedia por un accidente que pasó 200 metros al norte de la bomba Interamericana.
Elena nos contó que cuando su papá puso la viga fue porque pensaba que en el futuro dicha calle sería más peligrosa de lo que ya era. Y tenía razón.
La mañana de este martes, contó la señora, ella dormía en el cuarto que da a la calle. También estaban en la vivienda su amiga Xinia Sánchez y dos perritos, y en otro cuarto la mamá de Elena, doña Rosario Víquez. A eso de las 12:30 a. m., sonó un bombazo que las despertó a todas en un puro susto.
“Xinia y yo estábamos durmiendo cuando escuchamos un es- truendo y sentimos cómo toda la casa se movía. Al levantarnos a ver lo que pasaba nos dimos cuenta que todo el piso estaba levantado y la pared toda golpeada”, detalló Elena.
“En ese momento nos dio miedo por mi mamá, que estaba durmiendo sola en otro cuarto, pero por suerte nada malo le ocurrió”, dijo.
Velocidad tramposa. Según la versión de algunos testigos, el chofer de un cabezal de la empresa Traygo viajaba a alta velocidad sobre el puente del río Torres, que comunica barrio México con La Uruca, perdió el control y se le zafó el contenedor, que se fue directo contra el frente de la vivienda de los Barrantes Víquez.
“El chofer estaba tratando de agarrar la curva cuando el cajón salió disparado, de no ser por la isla en medio de la carretera y por la vi- ga de cemento en el cuarto, el golpe se lo habrían llevado todo la habitación y la cochera”, dijo Carlos Barrantes, hermano de Elena y quien se llevó un gran susto al ver lo ocurrido.
Varios vecinos corrieron para ayudar a las mujeres cuando supieron lo que había pasado.
Según contó la familia, el lugar es famoso por accidentes de tránsito y no es la primera vez que un camiónse estrella contraunavivienda. Recordaron que hace un año otro chunchón se dio contra un poste de luz.
“Esque por aquí siemprepasan como locos y peor cuando es de no- che. Uno que vive aquí ya está acostumbrado, pero siempre vivimos con el miedo de que algo malo pase”, explicó Carlos.
Los representantes de la empresadueñadel furgón llegaronalas 3 a. m. para recoger el contenedor, que llevaba una carga de madera.
Para llevárselo fue necesaria una grúa especial debido al peso.
Según dijo Elena, la empresa se comprometió a pagar los daños y eso les dio un poco de calma, aunque todavía no saben de cuánto es la torta.
De igual forma les piden a los conductores tener cuidado cuando manejen por ese lugar.
Arreglos recientes. Las afectadas nos contaron que agradecen a Dios estar vivas y, claro, les duele mucho el accidente porque en diciembre del año pasado, con mucho esfuerzo, habían remodelado el cuarto que ahora quedó dañado y deberán repararlo.
“Mi hija y yo habíamos terminado de remodelarlo, le pusimos piso nuevo y le retocamos la pintura, pero bueno, yo siempre les digo a mis hijos que lomaterial se recupera poco a poco, pero que una vida no”, dijo doña Rosario, dueña de la casa.
La mamá y la hija esperan que los arreglos se inicien en los próximos días