De tal palo, tal astilla
de Samsung, Lee Jae-Yong, ha pasado su vida tratando de probar que estaba a la altura de la herencia de su padre, con quien desde este viernes comparte la vergüenza de una condena judicial.
Lee, de 49 años, fue sentenciado a cinco años de cárcel por soborno, malversación de fondos, fuga de capitales y perjurio.
Es el vicepresidente de Samsung Electronics, el primer fabricante mundial de celulares inteligentes y líder del grupo fundado por su abuelo en 1938.
Al tomar las riendas de la compañía familiar, su padre Lee Kun-Hee la convirtió en una de las mayores empresas tecnológicas mundiales, pero guarda cama desde que sufrió un ataque car- díaco en el 2014.
El representante de la tercera generación de Lee, Jae-Yong, fue condenado este viernes por su papel en el escándalo de corrupción que le costó el puesto a la presiden- ta coreana Park Geun-Hye.
Se le acusa de pagar millones de dólares a Choi Soon-Sil, confidente de la exmandataria, a cambio de favores políticos.
La historia de los Lee estuvo salpicada de escándalos en las últi- mas décadas.
El padre de Jae-Yon, Lee Kun-Hee, fue inculpado por corrupción en 1996 y corrupción y evasión fiscal en el 2008, pero nunca estuvo en la cárcel, ya que todas sus condenas fueron en suspenso.
Y su abuelo estuvo implicado en un escándalo de contrabando dirigido desde el departamento de fertilizantes de Samsung en 1966 y logró evitar la condena.
Lee Jae-Yong entró en Samsung Electronics en 1991 donde ascendió rápidamente en la jerarquía, algo bastante habitual entre los hijos de las familias dueñas de las empresas.
Accedió a la vicepresidencia en 2012, un año clave en el que Samsung destronó aApple como número uno de los teléfonos inteligentes, logrando unos beneficios astronómicos trimestre tras trimestre.
Los Lee son famosos por su discreción. Lee Jae-Yong y su padre jamás concedieron una entrevista.
Pero el escándalo de corrupción con la expresidenta Park Geun-Hye situó al vicepresidente bajo los focos, y los surcoreanos pudieron ver en televisión cómorespondía, titubeante, alas preguntas de una comisión de investigación parlamentaria.