“Ganamos desde el martes pasado”
el Pato" López no había otra manera de recibirlo en la Catedral que con una ovación, la cual se escuchó en cada rincón del estadio rojinegro. El ídolo llamó la atención de todos.
Desde que salió este domingo por primera vez a la cancha, el amor de los fiebres erizos se hizo sentir con el grito de: "Oeee, oe, oe, oe, oe, Wílmer, Wílmer, Wílmer", se escuchó antes que el de la Liga, incluso.
El técnico, ante tanto cariño, levantó los brazos y saludó a toda la afición. El Pato estaba en su charco y se notaba emocionado.
Los aficionados se acercaban detrás del banquillo erizo, pero esta vez no era para soltarle los insultos que le tiraban a Benito Floro, sino para darle ánimo y alguno que otro consejo, al mejor estilo de don Marvin Gordon.
“Nosotros ganamos el clásico desde el martes pasado que comenzamos a entrenar, hoy se pudo ver la gran disposición de los muchachos. Hubo un cambio de chip en todos los jugadores, y creo que el ambiente fue muy diferente”, indicó Wílmer.
El Pato durante la mejenga se sentó a ratos y en otros permanecía de pie, mientras le ibaagarrando el gusto a su papel de técnico, el auténtico mandamás.
“Viví la situación muy tranquilo, no solo hoy, sino todos estos días atrás. He estado muy tranquilo y anoche (sábado) descansé muy
bien, les puedo decir que estoy más nervioso ahorita que antes del partido. Ahora siento una sensación en la boca del estómago, comouna agrura, tengo que tomarme un té de manzanilla porque tengo una molestia que no había sentido antes, ni durante el partido.
“Esto es un gran inicio. No estábamos muertos como alguno tal vez pensó, con este triunfo demostramos que estamos para grandes cosas”, indicó.
Además, López analizó la actuación de muchachos que entraron de titulares como el defensor Darío Alfaro y el delantero Bryan Jiménez. “Ellos han pasado por mis manos, por las de Mauricio y ya saben lo que deben hacer, pero les advierto que no tienen nada ganado y deben trabajar al máximo”, aseguró. Wílmer no se quiso meter de fondo a analizar la actuación de Ricardo Montero, pero si dijo que espera no tener nunca que justificar derrotas por medio del arbitraje. “Ganemos o perdamos no me van a escuchar diciendo que el ár- bitro no me pitó esto o no me dio esto. Yo creo que un árbitro no le tiene mala fe a un equipo o a un jugador, ellos se equivocan, son humanos y tienen que tomar decisiones en cuestión de segundos”, dijo.
Wílmer cerró su primer día en el banquillo erizo como el papá de los tomates, su fiesta no se la destiñe nadie, porque a los manudos la actuación de Ricardo Montero no los desvela, la fiesta fue redonda.