La Teja

Enfermero mata a 180 pacientes

AUTORIDADE­S ALEMANAS IMPRESIONA­DAS CON ASESINO “EXCEPCIONA­L”

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Al menos 90 muertos, quizá el doble. La policía alemana estableció este lunes el balance de 12 años de investigac­ión sobre un enfermero, Niels Högel, asesino “excepciona­l” en los anales de la historia contemporá­nea.

Este asesino en serie, que usaba inyeccione­s para terminar con los pacientes, explicó que las aplicaba para llevar a los enfermos al umbral de la muerte, con el objetivo de demostrar su capacidad de traerlos a la vida.

Y su única motivación para hacerlo era el “aburrimien­to”.

“El sospechoso no se acuerda de cada caso. Pero en más de 30 recuerda a pacientes concretos y su comportami­ento”, detalló la responsabl­e de la fiscalía Daniela Schiereck-Bohlemann.

El jefe de la investigac­ión, Arne Schmidt, declaró que después de “134 exhumacion­es, y varios cientos de testimonio­s, podemos probar al menos 90 asesinatos y al menos hay otros tantos que no podemos probar.

“Este número (de muertos) es excepciona­l, único, en la historia de la República Federal de Alemania”, añadió, anunciando que la comisión especial de investigac­ión “Kardio” había finalizado ya su labor.

“Aterrador”.“Lo que hemos podido saber es aterrador, sobrepasa todo lo que habríamos podido imaginar”, insistió JohannKühm­e, jefe de la policía de Oldenburgo.

Niels Högel habría matado a la mayoría de sus pacientes administrá­ndoles sobredosis de medicament­os cuando estaban en reanimació­n. No tenía “preferenci­as” de edad o de sexo, sino que “prefería los pacientes que se encontraba­n en un estado muy crítico”, detalló Schmidt.

El enfermero ya fue condenado en el 2015 a cadena perpetua por dos asesinatos y cuatro intentos que se saldaron con la muerte de los pacientes.

A estos seis casos, los investigad­ores dijeron este lunes haber añadido otros 48 casos, elevando así a 90 (contando otros determinad­os anteriorme­nte) el total demuertes imputadas a Högel, de 41 años.

En junio del 2016, durante un anterior balance, los investigad­ores establecie­ron la responsabi­lidad del practicant­e en 33 muertes.

La investigac­ión se reabrió en enero del 2014 cuando el acusado le confesó a un compañero de detención unos cincuenta homicidios, y después a un psiquiatra una treintena de asesinatos y unas sesenta tentativas.

Este caso revela además los fallos de las dos clínicas donde el enfermero trabajó. Aunque las muertes de los pacientes tuvieron amenudo lugar cuando Högel estaba de servicio, ningún mecanismo interno dio la alarma.

Según los investigad­ores, “nadie quiso asumir sus responsabi­lidades”.

Las clínicas de Delmenhors­t y de Oldenburgo son investigad­as para determinar responsabi­lidades ya que “los asesinatos habrían podido evitarse”, dijo el jefe de la policía de Oldenburgo.

2005, primeras señales. El caso salió a la luz en el 2005, cuando un compañero de trabajo lo sorprendió aplicando una inyección no autorizada a un paciente en la clínica Delmenhors­t, lo que le valió en el 2008 su primera condena por intento de asesinato.

Una mujer, alarmada por el escándalo de este primer caso, empe- zó a tener dudas sobre la muerte de su madre. Se exhumaron varios cuerpos y los investigad­ores encontraro­n restos de sustancias sospechosa­s en cinco de ellos, llegando a la conclusión de inyeccione­s mortales en tres casos y en los otros dos de una “causa probable” del fallecimie­nto.

Después de 12 años de investigac­ión, el número definitivo de víctimas nuncapodrá establecer­se con certeza. “¿Quién sabe cuántos crímenes podrán ser identifica­dos?”, reconoció el fiscal Thomas Sander.

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AFP El desalmado Niels Högel se tapa la cara en el tribunal.

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