KENJI ES UNA AVENTURERA
LA PELUDITA PUEDE RAJAR QUE HA TREPADO A 18 CERROS
una perrita beagle miniatura que cumplió dos años este miércoles, y pese a que todavía es muy joven, ya es toda una experta trepando a las montañas más altas de nuestro país.
Según nos contó su papito humano, ya lleva18 cerros escalados, y siete de ellos los subió hace tan solo 15 días, cuando se fue de tour con ellos a recorrer el cerro de La Muerte.
Esa paseadota fue de 15 kilómetros, pero la distancia fue aún mayor para nuestra amiguita, pues Kenji se adelanta para explorar el terreno y si ve que su papito, Eduardo Rojas, o cualquier otro integrante del grupo se queda atrás, ella se devuelve a buscarlo para “prestarle” ayuda. Eso lo aprendió en el curso de búsqueda y rescate que recibió de una instructora suiza, lo que les da mayor seguridad a los que se van de aventura con ella, porque, a diferencia de un perro común, esta peludita sabe qué hacer para guiar a otros. “Ella aprendió a identificar a cada uno de los miembros del grupo y hace como un conteo de los miembros y si falta uno, se devuelve a buscarlo a ver ¿qué pasó?”, indicó Rojas.
Eduardo explicó que los beagle son una raza que fue criada para cacería, y al estar prohibida la caza en nuestro país, vio que esas características se acoplarían muy bien en la montaña.
“Sabe nadar y tiene muy buen olfato, lo que la ayuda a orientarse, de ahí mi escogencia, porque era lo que necesitaba", explicó Rojas.
La orenjocita es muy tranquila y querida por todos, porque siempre está con Eduardo en la tienda de venta de artículos para escalada, de la que es propietario.
"El 75% de los clientes que vienen a la tienda tienen que ver con ella, es como un ícono del local", agregó su orgulloso dueño.
Tierna y preparada. Kenji llegó a la familia Rojas con tan solo mes y medio de edad y desde los dos meses, empezó a subiralasmontañas, la primera que se mandó fue el cerro Turrubares, cuya altura es de 2.225 metros.
Ese es un ascenso muy parado y hace muchísimo calor, pero superó la prueba.
Desde entonces no se ha detenido y se va a cuanto campamento o escalada haga don Eduardo.
“Cuando uno tiene un perro así, que le guste la montaña, debe com- prarle los implementos especiales para llevarlo. Yo le tengo recipientes para alimento y para agua, un arnés especial para montaña y un GPS para rastrearla”, dijo el empresario y también deportista.
Eso sí, como cualquier atleta, Kenji se prepara con dieta alta en proteína cuando sale de montañista, para que pueda recuperar sus músculos rápidamente, además de una buena hidratación.
De los 18 cerros que ha conquistado la peludita, nueve de ellos son de más de tres mil metros sobre el nivel del mar.
Para lograrlo sale a correr cuatro veces por semana con su dueño. Las cumbres más recientes a las que llegó fueron: el Baraja, Sábila, Jaguarcillo, Destaquero, Zákira, Zacatales y Asunción, todos en el cerro de la Muerte. También fue al Bajo la Hondura.
Kenki es un nombre de origen japonés y significa el segundo hijo.
Joel, el hijo de Eduardo, fue el que la bautizó, porque dice que Kenji es como su hermana menor.