¿Debemos o no dar el diezmo?

“Jehová te oiga en el día de conflicto. El nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas y acepte tu holocausto. Selah te dé conforme al deseo de tu corazón y cumpla todo tu consejo”, salmo 20: 1-4 ¿El diezmo es de Dios o no? ¿Estoy obligado a darlo o no? Para responder esto partamos de un concepto básico de las libertades humanas: “Nadie puede obligarte a hacer esto o aquello. Sin embargo todo lo que tú decides hacer, ya sea por coacción, manipulación o voluntad personal, es tu propia decisión y elección”. Dios no obliga a nadie a hacer nada. Él no necesita de nuestro dinero o posesiones porque es Él quien nos la da. Sí, hay muchos predicadores que hoy día dedican su ministerio a exigir el diezmo y las ofrendas como una imposición, te amenazan con profecías y te dicen ladrón predicando Malaquías 3. Pero ese no es el mensaje de Dios. Él nunca va a torcer tu brazo para que ofrendes o diezmes. Pero él nos enseña a ser dadivosos. Diezmo, ofrendas y limosnas son cosas que usted decide dar por su propia voluntad, no por obligación o por necesidad. Por eso la escritura dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón”. (2 Corintios 9:7). ¿Quién puede obligarlo a usted a hacer algo que no quiere hacer? Nadie. Es una elección personal y nadie se la puede quitar. Mi consejo es que usted descubra a quién se refiere la Biblia cuando dice: “Dios bendice al dador alegre”. Salmos 20.