La Teja

Puño en alto es vida

CADA VEZ QUE LOS SOCORRISTA­S HACEN SEÑAL SE ACELERAN LOS CORAZONES

- AFP Ciudad de México Dolor y más dolor.

De repente el trabajo intenso removiendo escombros se detiene, los gritos se apagan al igual que las máquinas.

El brazo derecho en alto, con el puño cerrado, es la orden de callar. Esaes la señaldevid­a queagita los corazones en medio del silencio y quietud absoluta mientras un escaner térmico es introducid­o por una grieta de 45 centímetro­s de diámetro desde donde se logró tener contacto con una pequeña.

“Estamos muy, muy cerca de personas que podrían estar vivas. Estamos trabajando junto con cámaras térmicas y unidades caninas. Por momentos guardamos silencio absoluto para escuchar a los sobrevivie­ntes. Ellos suelen gritar o golpear paredes”, dijo Pamela Díaz, panadera de 34 años que desde el martes trabaja en el rescate.

“¡Silencio por favor! No caminen, no respiren, que tratamos de escuchar las voces” , clamaba desde el altavoz un policía, mientras un séquito de voluntario­s, con linternas en la cabeza, llevaban largas vigas de madera para sostener los techos a punto de caer.

Al ver la señal Adriana se muerde los labios de angustia: su hija de siete años estaba perdida este miércoles bajo los escombros de su escuela Enrique Rebsamen.

Al menos 21 niños murieron en este lugar y los desapareci­dos suman 30.

“No hay poder humano que pueda imaginar el dolor que estoy pasando”, dice Adriana Fargo en un albergue improvisad­o mientras espera noticias de su hija desapareci­da bajo las ruinas.

Pero en medio de la tortuosa incertidum­bre de madres como Fargo, una esperanza se ha erigido poderosa entre las ruinas de la escuela Rebsamen.

Los rescatista­s han logrado ubicar a una niña viva bajo los escombros del edificio colapsado, otra vez todos levantan el puño, la señal más esperada después del devastador terremoto del martes de 7,1 grados justo cuando se cumplió el 32° aniversari­o del devastador terremoto de 1985.

Hasta el momento, el sismo dejaba 225 fallecidos: 94 en Ciudad de México, 71 en el vecino estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, cuatro en Guerrero y uno en Oaxaca, según cifras oficiales. El gobiernode la Ciudad de México diceque 52 personas han sido rescatadas en la capital.

Esta tragedia sucede mientras México no ha superado aún el trauma que le dejó otro terremoto -de 8,2 grados- ocurrido el 7 de setiembre pasado, que dejó un centenar de muertos y numerosas casas destruidas.

En las calles de Ciudad de México, decenas de personas esperan en medio de la angustia noticias de sus familiares que no aparecen.

En el barrio Condesa, Karen Guzmán está sentada en la acera, de espaldas a uno de los edificios colapsados porque no soporta ver las labores de rescate de unas 30 personas que podrían estar vivas bajo los escombros.

A un costado, hay dos postes de luz donde fueron colocadas las listas de personas rescatadas­que se actualiza de tanto en tanto, pero en ellas no figura elnombre de su hermano Juan Antonio Guzmán, de 43 años, un contador que estaba en el último de los cuatro pisos del edificio.

“Mi mamá lo está buscando en hospitales porque no confiamos en esas listas. A veces creo que nadie sabe nada”, dice en un vaivén de desesperan­za y furia.

“Tiene que estar vivo, yo sé que lo van a sacar”, añade con apenas un hilo de voz.

Muycerca de ella, Marta Laura Hernández, de 39 años, aguarda noticias del papá de sus tres hijos de 6, 7 y 13 años.

“Ya me dijo uno de sus compañeros que vio que él no logró salir y que se quedó atrapado junto con otras 50 o 60 personas, me contó también que el edificio se derrumbó casi al inicio del sismo, fue algo súbito”, alcanza a decir antes de quebrarse en llanto.

Mientras los familiares van y vienen de hospitales, en las redes sociales se organizan brigadas de voluntario­s con bicicletas, motociclet­as y a pie que piden donaciones: maquinaria para remover los grandes pedazos de cemento y medicament­os.

En Ciudad de México colapsaron 39 edificios. Salvo en unos cinco donde se determinó que no hay personas atrapadas, se mantienen las labores de rescate.

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AFP Señal de esperanza, Silencio para escuchar la vida.
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AFP Uno de los escolares sacados con vida de la escuela.

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