El dolor de los amigos
El costarricense Adi Steinkoler se siente bendecido por estar vivo luego del terremoto que azotó a México y que ha cobrado la vida de 240 personas, aunque lamentablemente este número podría crecer más.
Al mismo tiempo, el tico afirma sentirse muy herido por ser testigo del sufrimiento, la desesperación, destrucción y desesperanza que están viviendo sus compañeros y amigos de trabajo, quienes perdieron sus casas en cuestión de minutos o lloran la trágica muerte de un familiar. Este joven es diseñador gráfico y trabaja en Cuidad de México en una agencia llamada Bobo Producciones al lado de 115 personas. Contó que, como en Costa Rica tiembla tanto, trató de mantener la calma pero ese terremoto “fue algo terrible que nunca viví antes”. En la zona donde él vive se dieron muchas fugas de gas, por eso tuvo que pasar la noche con algunos familiares.
“En medio de la emergencia es impresionante ver la solidaridady el orden con el que todos se están ayudando”, destacó Steinkoler, pero advirtió que muchos productos de primera necesidad empiezan a escasear en los comercios.
Además, comentó que ya se están organizando para ver cómo ayudan a algunos amigos que vieron sus casas reducidas a escombros.
También indicó que la recomendación de las autoridades es no saturar las líneas telefónicas y que, de ser posible, es mejor que se mantengan en la casa para liberar las calles y así facilitar el trabajo de los cuerpos de rescate.