PREMIO LE SONRÍE
Bolívar González utilizará los ¢150.000 de la tarjeta de regalo que se ganó estemartes con La Teja para darle una manita de gato a la casa y hacer unos arreglitos en el cuarto de pilas.
Esta es la segunda vez que pega. La primera (el 28 demayo) fue el más gordo de los premios, el medio millón con el que compró un diario de ¢150.000 que hasta ahorita se le está terminando y que le rindió incluso para compartirlo con sus hermanas.
Hasta sus nietos Desirée, de 13 años, y Anthony Bolívar Paniagua (de 17) salieron favorecidos,
pues les compró anteojos a ellos con la otra parte del premio.
“Aunque es la segunda vez, me volvieron a tomar por sorpresa con la llamada. Yo parezco el correcaminos recorriendo todas las panaderías de Pavas para comprar La Teja. Eso sí, donde ya pegué, dejo de comprar”, indicó.
Admite que esta vez tiene más calladito lo del premio, pues sus nietos, como buenos adolescentes, aprovecharán para encontrarle a la abuela en qué invertir el certificado de regalo de Tiendas Monge. Ella quiere guardar alguito para diciembre, para tenerun estrenito en Navidad. Doña Gladys vive junto a su compañero, William Campos, y pasa sus ratos libres cuidando las maticas, que son su pasión. El ama de casa es una morada de hueso colorado. El domingo anterior, en el partido de su equipo ante Guadalupe F.C., sudó la gota gorda.. “Casi perdemos. No veo muy, muy al equipo en este torneo”, sentenció sobre el Saprissa.