Gemelo cazó al Monstruo
le viene bien rezarle a Kenny Cunningham, quien esta semana sumó dos víctimas de su fútbol, coraje y empuje.
El jueves con un gol suyo, el cuadro guapileño derrotó 1-0 al Árabe Unido de Panamá y se clasificó a la final de la Liga Concacaf ante el Olimpia y este domingo el Saprissa se llevó doble dosis de parte del gemelo.
Pesadillas y más tuvo el defensor Heiner Mora tratando de frenar a Cunningham, quien le ganó dos cabezazos para darles el triunfo a los rojiblancos; además, Kenny vendió una falta que el árbitro Juan Gabriel Calderón compró y concedió como penal.
“Todo esto me da motivación para seguir trabajando, esto del fútbol es día a día. Soy un peón más en este equipo, lo rescatable acá es que todos jalamos parejo”, comentó el atacante.
Para Kenny el éxito guapileño se debe a que el equipo se conoce muy bien.
“Cuando uno comparte tanto tiempo con una persona llega a conocerla bien, nosotros nos conocemos a la perfección y eso ayuda mucho en el desempeño dentro del terreno de juego”, comentó.
En la jugada del penal, Kenny quería tirarlo al principio, pero al final, y a regañadientes, se lo dejó a Cristian Lagos para que el delantero marcara su primer tanto del campeonato.
“El penal me tocaba a mí y lo quería, pero antes está el bienestar del equipo, él me lo pidió y por eso le cedí el balón”, explicó el gemelo.
Quien salió un poco picado fue el arquero morado Kevin Briceño. Dijo que a pesar que fue una jugada muy rápida, él no tocó a Cunningham en ningún momento.
“Son jugadas de partido que se deciden en milésimas de segundo. Cuando yo veo que no le voy a llegar a la bola, lo que hago es quitar las manos y tratar de frenarme.
“El árbitro estaba tratando de pitar una y lamentablemente me tocó a mí, toca levantar cabeza”, dijo Kevin.
Ya era muy tarde. Los santistas tienen los tres puntos.