El contador de la escoba
BARRENDERO HACE NÚMEROS
Don Rigoberto Meneses tiene 64 añosybretea desde hace 13 como barrecaños en la Muni de Cartago, trabajo quedesempeña con mucha responsabilidad y disciplina.
Casualmente gracias a estas características, este vecino de Guadalupe de Cartago está a punto de graduarse como contador, nada más y nada menos que junto a su hija, María del Milagro Meneses, de 26 años.
La Teja habló con él y nos contó alegremente que todoempezó hace siete años en una reunión de trabajo, cuando los jefes les comentaron a los empleados municipales que iban a tener todo el apoyo si alguno quería estudiar.
Luego de pensarlo varios días y con 57 años en ese momento, decidió mandarse al agua sin ningún complejo.
Primero lo hizo en el Instituto de Educación Comunitaria (IPEC) de Cartago, donde sacó el título de bachiller de cole en tan solo tres años.
Recordóque suprimeraclase fue de inglés y “no entendía ni papa”, pero conforme iba pasando el tiempo se fue acomodando, tanto así que ahora entiende un poco lo que dicen los gringos.
Con el título de bachiller de- bajo del brazo, le entró el gusanito para seguir superándose.
Bueno con los números. Decidió meterse al curso de contabilidad que imparten en el Colegio Técnico Profesional de Dulce Nombre, ya que se considera muy bueno con los números.
Luego de cuatro años de quemarse las pestañas, ahora solo está esperando que llegue diciembre para recibir su título tan esperado.
“Ha sido de mucho sacrificio, porque yo me despierto a las 4 de la mañana para ir a trabajar y en las noches iba a clases.
“Ha sido cansado, pero a mí me gusta y me motiva mucho pensar en que vamos a tener nuestros títulos”, añadió.
Compañera de lujo. Eso sí, lo que más lo llena de alegría es que tuvo a su“pequeña” Milagro como compañera de clases.
“Yo le comenté a mi hija, a ella le gustó la idea yme dijo que nosmetiéramos a estudiar juntos, a mí me tomó por sorpresa, entonces nos metimos y así hemos estado todo este tiempo, ahora estamos cerca de lograrlo”, dijo.
Don Rigo asegura que la relación entre ambos ha sido muy buena, tanto así que cada uno entiende su rol cuando van a lecciones.
“Cuando estamos en la casa yo soy el papá y ella mi hija, pero cuando estamos en lecciones somos compañeros, nos pedimos ayuda, estudiamos juntos y hablamos con toda normalidad”, añadió.
Este esforzado hombre explicó que ni a él ni a su chiquilla los han tratado mal, tampoco les han hecho malas caras, como pensaron que sucedería al inicio.
“Nos han tratado excelente, los estudiantes y profesores se han portado superbién y nos han ayudadomucho. La gente nos dice que nos admiran mucho y que es muy bonito que estemos juntos en esto”, añadió.
Don Rigoberto mencionó que casi siempre estudiaba con su hija, pero que en ocasiones, cuando estaba en hora de almuerzo en su trabajo, sacaba el cuaderno y se empunchaba a repasar.
No se ve enla Muni. Nos contó que de momento no ha recibido ningún ofrecimiento de la Muni para trabajar como contador; sin embargo, asegura que no se ve metido en una oficina, porque su vida está en la calle.
El futuro contador indicó que mucha gente lo conoce y que se extrañarían si no lo vuelven en el trabajo que hace todos los días en la Vieja Metrópoli.
“Si me ofrecen trabajo como contador yo creo que diría que no, todavía no me llama la atención, porque yo estoy acostumbrado a los trabajos de afuera.
“Claro que quiero trabajar en esto (como contador) pero ahorita estoy pensando en poder graduarme”, destacó.
Sorpresa de Dios. Su hija lleva como segundo nombre Milagro y para él es más que eso, porque junto a su esposa, doña Daysi Quesada, pulsearon tenerla durante 12 años.
Cuando pensaban que ya no podían tener hijos, dijo que Dios les envió a su ángel que lleva acompañándolos 26 añotes.
“Mi familia lo es todo, ellas han estado siempre para mí y eso ha sido muy importante, he contado con el apoyo de ellas y eso me basta y me sobra”, expresó.
Don Rigoberto Meneses aprovechó para decirles a los jóvenes que no dejen botados los estudios y que se alejen de las drogas, porque al único camino que llevan es a la perdición.