La Teja

Le sacó el jugo a la vida

ADIÓS AL HÉROE

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Hugh Hefner murió a los 91 años de edad, pero dejó un legado innumerabl­e donde se le recuerda incluso por ayudar a que el desnudo femenino fuera algo normal en años donde se considerab­a algo oculto.

Este legendario hombre era conocido por sus fiestas, múltiples conejitas y su casa, que fue bautizada Mansión Playboy, el escenario perfecto para un montón de excesos que pocos conocen. Es por eso que le vamos a mostrar los caprichos más grandes de Hefner. Se dice que muchos famosos se jalaron tortas en la casa.

Se dice que en sus días dorados, Elvis Presley habría dormido con ocho conejitas al mismo tiempo. Además, John Lennon se jaló untortón luego dequedejar­a tirado un cigarrillo encendido que quemó un cuadro del famoso artista Matisse que tenía el magnate en su casa. También se dijo que James Caantenía un túnel directodes­de su casa a la mansión. The Rolling Stones fueron de los que se pegaron la fiesta de patada larga: se presentaro­n una noche y no salieron sino tres días después de haber conocido a todas las conejitas.

También se dice que se encontraba­n drogas como arroz en la mansión. Quaalude ( metacualon­a) era una de las drogas que Hefner ofrecía a sus chicas en los años 1970 y 1980. Este medicament­o sedante se hizo popular en la película El lobo

de Wall Street, protagoniz­ada por Leonardo DiCaprio. La exconejita Kendra Wilkinson reveló que tenía que estar siempre drogada y alcoholiza­da. Además, confesó que, si no fumaba mucha hierba o usaba cocaína, no podía estar sexualment­e con el ahora difunto.

La casa se construyó en 1927 y está situada en la calle Charing Cross de Holmby Hills, en Los Ángeles, California. El fundador de Playboy la compró en un millón de dólares. La propiedad, de 1.952 metros cuadrados, cuenta con 22 habitacion­es, una bodega, una sala de juegos, cancha de tenis, jardines, piscinas gigantes, cavernas y cascadas. La mansión es la única casa que tiene permiso del Estado de California para encender juegos de pólvora en cualquier día del año. Además, cuenta con un zoológico con tucanes, flamencos, guacamayos, pavos reales, tigres, monos, ardillas, entro otros animales. En el 2016, Hefner estuvo vendiendo su casa en 200 millones de dólares, pero le hizo un descuento del 50% al comprador Daren Metropoulo­s, vecino del creador del imperio Playboy e hijo del dueño de empresa cervecera Pabst Brewing Company, porque el hombre aceptó que Hugh viviera en la casa hasta el final de sus días.

En una de su fiestas hubo un contagio masivo de una enfermedad respirator­ia. También el 2011 el Departamen­to de Salud Pública de Los Angeles investigó la mansión luego de que 123 personas que fueron a una fiesta alegaron fiebre alta yproblemas respirator­ios. En esa investigac­ión, se detectó en la sala de aguas termales una bacteria que fue la que causó la enfermedad del legionario, una versión aguda de neumonía. Hugh Hefner no precisó con cuántas mujeres tuvo sexo, pero en el 2013 aseguró a la revista Esquire que se había acostado con más de mil mujeres. Además se casó tres veces y tuvo cuatro hijos. Varias de las conejitas, luego de salir de casa, confesaron en libros que escribiero­n que eran impresiona­ntes las orgías que se hacían en ese lugar. También dijeron que “la novia oficial le daba siempre sexo oral de primero y luego tenían relaciones sexuales. Ella era la primera porque esto era lo más seguro para ella. Sin protección, ni nada”, aseguró Anna Spaulding en su libro Jill Ann: Upstairs. Otra conejita reveló que Hefner las ponía a tener sexo entre ellas mientras él se masturbaba y veía pornografí­a, sin importar si ellas eran bisexuales o no. “Hef se quedaba ahí, con su erección de Viagra. Era una erección de mentiras, y luego cada chica se subía encima por dos minutos, mientras las otras estaban gritando falsamente para mantenerlo excitado”, escribió Spaulding. Otra de las conejitas, Kendra Wilkinson, quien también escribió un libro, dijo que “nunca disfrute del sexo con él, pues llegando al minuto me quitaba y él terminaba”. Hugh Hefner murió este miércoles en su amada Mansión Playboy, donde fue la envidia de millones de machos.

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AP Hefner era un gato haciendo negocios con las güilas.
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AP La debilidad de Hugh eran las machotas, quienes no se le despegaban.
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AP El hombre la pasaba puras tejas en su famosa mansión.

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