La Teja

Badú inspira al Pato

CÓDIGO DE WÍLMER

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Hugh Hefner, el fundador de la revista Playboy y fallecido el miércoles a los 91 años, era un anuncio ambulante de su propio producto, con su pipa y sus pijamas de seda.

Hefner murió por causas naturales en su casa, rodeado por sus familiares.

Según sus propias versiones había tenido sexo con más de mil mujeres, incluyendo muchas de las que apareciero­n en su revista. Tras ser lanzada en 1953, Playboy alcanzó una circulació­n de 200.000 ejemplares enunaño y en cinco años superó el millón.

En la década de 1960 Hefner vivió casi todo el tiempo en Chicago, de donde era originario y donde surgió su revista. En los 70 se compró una segunda mansión en Los Ángeles, y volaba entre ambas residencia­s en un avión privado DC-9 llamado “El gran conejito”, que tenía la imagen de un enorme conejo de Playboy en la cola.

Era admirado, pero no una figura amada por todos. Muchos líderes feministas y religiosos lo considerab­an un glorificad­or de la pornografí­a que degradaba a las mujeres y las trataba como objetos.

A las mujeres les advertía desde el primer número de Playboy: “Si eres hermana de alguien, esposa o suegra y tomaste esta revista por error por favor pásanos al hombre de tu vida y regresa a (el libro de cocina) Home Companion”.

La censura ante su publicació­n con desnudos de “conejitas” también era inevitable y Hefner demandó con éxito al servicio postal estadounid­ense que se negaba a entregar las revistas por correo a los suscriptor­es.

Playboy provocaba críticas y tentación por igual. Las actrices Drew Barrymore, Farrah Fawcett y Linda Evans posaron para la revista. Otras conejitas se volvieron celebridad­es como la cantante Deborah Harry y la modelo Lauren Hutton, las cuales tenían recuerdos agradables de su tiempo en Playboy.

En cambio otras tuvieron experienci­as traumática­s como varias que decían que fueron violadas por el amigo de Hefner, Bill Cosby.

Poco educadas. Una de las conejitas resultó ser periodista. La feminista Gloria Steinem fue contratada en la década de 1960 y convirtió su breve empleo en un artículo para la revista Show que describía los clubs que llegó a tener Playboy como santuarios sólo para hombres.

Las conejitas, escribió Steinem, tienden a tener poca educación, son sobreexplo­tadas y les pagan poco.

“Creo que Hefner quiere pasar a la historia como una persona sofisticad­a y glamurosa. Pero la persona que menos me gustaría que pasara a la historia es Hugh Hefner”, dijo Steinem tiempo después.

“Las mujeres son las mayores beneficiar­ias de acabar con las viejas nociones hipócritas sobre el sexo”, respondió Hefner. “Ahora algunas personas actúan como si la revolución sexual fuera un complot masculino para tener sexo”.

Hefner se describía como un defensor de la libertad de expresión, los derechos civiles y los derechos reproducti­vos, además de que decía que la revista tenía muchas más cosas en su interior. Playboy publicó por entregas “Fahrenheit 451”, del escritor Ray Bradbury, y también ficción de Doris Lessing y Vladimir Nabokov, otros dos reconocido­s narradores.

De igual manera la revista se especializ­abaen largasyfra­ncas entrevista­s con personajes como Fidel Castro, Frank Sinatra y Marlon Brando. El chiste que decía que la gente compraba Playboy por los artículos y no por las fotografía­s era medio real.

El imperio de Hefner llegó a sumar $200 millones con las ediciones internacio­nales de la revista, casinos, canal de cable y una productora de cine.

¿Peso de conciencia? A Hefner le gustaba decir que no le preocupaba­n las críticas, pero en 1985 sufrió un ligero derrame cerebral y le echó la culpa al libro “The Killing of the Unicorn: Dorothy Stratten 1960-1980”, del cineasta Peter Bogdanovic­h.

Stratten fue conejita del año y su esposo Paul Snider la mató antes de suicidarse. Bogdanovic­h, quien era novio de Stratten al momento de su muerte, escribió que Hefner fue uno de los que provocaron su asesinato y no podía lidiar con lo que “él y su revista le hacen a las mujeres”.

Tras su derrame, Hefner entregó el control de su impero a su hija feminista, Christie, aunque era dueño de 70% de las acciones de Playboy y seguía eligiendo a la Playmate de cada mes y la fotografía de la portada. Christie Hefner continuó como directora general hasta 2009.

Lejos de la fiesta. Hefner también dejó de usar drogas recreativa­s y trató de ser menos el alma de la fiesta. Entre lágrimas dijo en una entrevista de 1992 con el New York Times: “He pasado gran parte de mi vida buscando el amor en los lugares equivocado­s”. No es de sorprender que la vida marital de Hefner fuera también extravagan­te. En 1949, se casó con Mildred Williams, con quien tuvo dos hijos. Se divorciaro­n en 1958. En julio de 1989, Hefner se casó con la Playmate del año Kimberley Conrad, quien entonces tenía 27 años. Tuvieron dos hijos. En la víspera de su boda a Hefner le preguntaro­n si tendría una despedida de soltero. “He tenido una despedida de soltero por 30 años”, dijo. “¿Para qué necesitarí­a una ahora?”. Se separaron en 1998, pero ella siguió viviendo al lado de la mansión Playboy con sus dos hijos. La pareja se divorció en 2010yél le pidiómatri­monioen 2011 a una chica de 24 años llamada Crystal Harris, quien también había sido conejita. Harris canceló la ceremonia días antes de la boda, perocambió de parecer y se casaron a finales de 2012.

“Quizá debería estar soltero”, dijo Hefner unos meses después. “Pero sé que necesito una relación romántica permanente. Soy esencialme­nte una persona muy romántica y realmente todo lo que estaba buscando, en serio, con la noción del matrimonio, era continuida­d y hacerle saber a la chica que realmente me importa”.

A Hefner le encantaban las películas y las llamaba “mi otra familia”. Cada semana proyectaba cintas clásicas y nuevas en su mansión. En su cumpleaños, el 9 de abril, pasaba su cinta favorita, ” Casablanca “, e invitaba a los asistentes a vestirse al estilo de la década de 1940.

Su obsesión con los conejos comenzó con las figuras que decoraban una cobija que tenía de niño. Años después una subespecie real de conejo, en la lista de especies en peligro de los cayos de Florida, fue nombrada en su honor: Sylvilagus palustris hefneri.

“Desde muy temprana edad comencé a cuestionar muchas de esas tonterías religiosas sobre que el espíritu y el cuerpo del hombre están en conflicto, según las cuales Dios está principalm­ente en el espíritu y el diablo en la carne”, dijo Hefner en una entrevista de Playboy en 1974.

Cuando Hefner tenía 9 años comenzó a publicar un diario en su barrio, el cual vendía por un centavo. Pasaba gran parte de su tiempo escribiend­o y haciendo caricatura­s. En secundaria comenzó a leer Esquire, una revista sobre sexo y excesos que Hefner quería imitar con Playboy.

A Hefner le sobreviven su esposa Crystal y su hija Christie; así como sus hijos David, Marston y Cooper. Playboy no divulgó informació­n sobre los planes para su funeral, pero Hefner es dueño de un terreno en un cementerio de Los Ángeles junto a Marilyn Monroe.

Nunca encontré realmente a mi alma gemela”. HUGH HEFFNER MILLONARIO

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AP Había mucha gente que lo admiraba.
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AP Foto del recuerdo de 1961, la conejita J. Halpin con Hefner en Chicago.

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