Venganza a balazos en medio funeral
A un asesino no le importó el dolor de una familia que estaba sepultando a un ser querido, y rompió la calma del cementerio de La Roxana de Pococí, para cometer una cruel venganza.
El maleante llegó a pie adonde se estaba llevando a cabo el entierro de Roinel Jiménez Porras y la emprendió a plomazos contra cuatro hombres que estaban a la orilla de la calle y que, al parecer, no tenían nada que ver con el funeral.
Luego de la balacera, el gatillero escapó en un carro que lo esperaba a pocos metros. Eso ocurrió el martes a las 6:30 de la noche.
Según informó el OIJ, Leonardo Barrantes Medina, de 28 años, recibió un balazo en el estómago y murió poco después de llegar al hospital de Guápiles.
Fernando Quirós Vega, de 31 años; Marlon Arias Martínez, de 32, y Errol Watson Cascante, de 37, resultaron fueron llevados a la clínica de La Roxana.
Pese a que el OIJ aún no tiene claro el motivo del crimen, los agentes sospechan que se trata de un ajuste de cuentas, por la forma en la que pasó todo.
De las víctimas, solo Quirós tiene antecedentes penales por el delito de portación ilegal de armas.
Angustia no acaba. Los familiares de Roinel Jiménez, de 36 años, el hombre que estaban sepultando cuando se dio el ataque, han tenido las dos semanas más duras de sus vidas.
Jiménez había salido en moto de su casa el domingo 24 de setiembre, para ir a ver su bebé de solo un año y ocho meses; sin embargo, nunca llegó a su destino.
Los allegados de Jiménez se preocuparon muchísimo, porque aseguraron que Roinel no acostumbraba perderse.
“Desde el primer día, cuando no regresó nos preocupamos mucho y empezamos a buscarlo, porque sabíamos que algo le había pasado”, contó Cristian Jiménez, hermano del hombre.
El lunes pasado, en la mañana, la familia confirmó el peor de sus temores cuando unos peones encontraron el cuerpo de Roinel.
El cadáver tenía la moto encima y, al parecer, sufrió un accidente de tránsito y cayó a un guindo de seis metros.