Terraplen lo agarró oyendo música
“DE ALGO UNO SE TIENE QUE MORIR”, LE DIJO JOVEN A LA ABUELITA
uno se tiene que morir, yo no le temo a la muerte”. Esas fueron las últimas palabras que dijo el joven José Vicente Chacón Aguilar antes de fallecer sepultado por un terraplén en su casa.
El muchacho, de 19 años, fue la octava víctima mortal de las diez vidas que cobró el paso de la tormenta tropical Nate.
José murió este jueves, a las 5:30 p.m., en calle Ramírez o Rincón en Altos de Naranjo de San Isidro de Atenas, Alajuela.
La víctima estuvo en la tarde tomando café con sus abuelitos, quienes viven a 25 metros de su casa.
Alas 4 p.m. dejó de llover y José le dijo a su abuelita que se iba para la casa. Sin embargo, ella le suplicó que se quedara.
Fue ahí cuando el muchacho le mencionó que no le temía a la muerte.
José se metió a su cuarto y empezó a escuchar música en su celular con los audífonos puestos.
Doña Seidy Aguilar, mamá del joven, salió de la vivienda a recoger una palmera que se había caído, momento en que vio como la tierra comenzó a deslizarse.
Don Gerardo Arce, primo del fallecido, contó que la mamá comenzó a gritarle a José para que saliera, pero el muchacho no escuchó ni los gritos ni el estruendo de la tierra. Y en instantes las baldosas de cemento fueron destruidas por la gran cantidad de tierra.
Juan Valverde, tío político del joven, mencionó que su esposa fue quien quitó las puertas del cuarto de José pero estaba repleto de barro. Los familiares tardaron media hora excavando hasta llegar al cuerpo.
Cuando lo encontraron aún tenía los audífonos y el peluche que había agarrado como almohada. Los allegados le dieron respiración durante 10 minutos; sin embargo, ya no había nada que hacer.
Juan mencionó que él y su esposa por poco se ven en peligro, pues justo donde cayó el derrumbe era el camino que a ellos los llevaba hacia la casa donde viven.
José siempre andaba acompañado de Zeus, su perro desde hace años.
Este jueves luego de la lamentable noticia, el perrito se acercó a su amo y lo estuvo oliendo durante un rato.
Gerardo Arce, un primo, cree que se trató de la despedida, desde entonces solo se le ve a un lado de la casa con los ojos tristes.
Jenny Chacón, otra prima, lo recordó como una persona tranquila, a todos les decía “mi hermano”.
A José lo velarán en la iglesia de San Isidro de Atenas.