Un nuevo comienzo para la zona sur
VECINOS SE ARMAN DE VALOR PARA DEJAR ATRÁS A NATE
Hernández tenía la esperanza de que la tormenta Nate no hubiera afectado mucho su vivienda, pero se llevó una gran decepción.
El dolor aumentaba con cada metro que recorría dentro de la casita, al ver que todo estaba lleno de barro.
Los aguaceros castigaron con fuerza el barrio donde vivía, en Pinar del Río de Daniel Flores de Pérez Zeledón.
“Solo pudimos sacar la refri y elmueble del tele, pero los dos están todos mojados, hay que ver si sirven, el resto de las cosas se perdieron”, se lamentó .
Nos contó que estos días se quedó donde una familiar.
“Ahora tenemos que ver qué hacemos para seguir adelante, aunque perdimos prácticamente todo”, aseguró.
Sobeida contó que ella tuvo que dejar la casa el miércoles en la noche.
“Empezó a llover durísimo y entonces agarré ami hija de cuatro años, la envolví en una cobija y nos fuimos en un carro para otra casa, porque nos dio mucho miedo”, recordó.
La mujer espera que pronto llegue la ayuda, ya que ella y sus tres hijos se quedaron sin nada.
Otras de las afectadas de esa misma comunidad es María Argüello, a quien la casa le quedó muy dañada.
“El río que pasaba por detrás de mi casa, ahora está prácticamente en el patio de pilas, ya no se puede vivir en mi casa y no tengo la menor idea de qué voy a hacer, porque ni ropa tenemos mis tres hijos y yo, lo que ando puesto me lo regalaron”, relató con preocupación.
“Yo tenía una galerita, un chiquero con cinco chanchos y también tenía gallinas, pero todo eso se lo llevó el río”, agregó la afectada.
Según informaron las autoridades este viernes, al final de la tarde aún no habían podido llegar a varias fincas de Osa ni a pueblos de San Vito de Coto Brus, que quedaron aislados por daños en los caminos y por las inundaciones.
Otra de las emergencias de la zona sur se dio en La Georgina de Páramo, de Pérez Zeledón, cuando varios vehícu- los quedaron atrapados, entre ellos un bus de la empresa Tracopa.
Carlos Madrigal, uno de los pasajeros, estuvo 36 horas sin poder salir. “El miércoles en la noche el bus se topó con un derrumbe y cuando se devolvió había otro, por lo que tuvimos que pasar la noche bajo un tremendo aguacero”, dijo..
“El jueves estuvimos a la buena voluntad de un vecino, él nos daba lo que podía, porque nosotros no teníamos ni agua”, relató.
Este viernes, el hombre se cansó de esperar que llegara la ayuda y, acompañado de cuatro personas más, salieron caminando hasta conseguir un carro que los llevara al centro de Pérez´ Zeledón.
“Estamos cansados, con hambre, con sueño y preocupados por las personas que quedaron ahí. Hay una mamá que tiene una bebé de tres meses y ya hasta se le acabaron los pañales”, agregó don Carlos todo acongojado.
Durante este viernes, las autoridades estuvieron batallando para sacar el resto de personas del bus y esperaban sacarlos a más tardar el anochecer.