Una esquina sagrada
al Centro de Amigos Sagrada Familia la gente se topa con un local un toque viejo, en donde el olor a nostalgia, tabaco y las canciones añejas se confunden con los sonidos del choque de las bolas de billar.
El local está en una esquina poco iluminada, 100 metros al sur de la iglesia católica del famoso distrito del sur josefino, al lado del bar La Macarena.
Al entrar se ven dos mesas de billar en el que los jugadores definen cuál es el más gato de todos, mientras suena de fondo la canción de Camilo Sesto “Llueve sobre mojado”.
Los que no están jugando, no pierden de vista las mesas de billar y mientrasfuman ose toman un tamarindo le entran a la tertulia y le echan reversa a la memoria al ver las fotos que en las paredes cuentan la historia del club Sagrada Familia.
Algunos como don Efraín Díaz, un profesor pensionado, visitan el lugar a diario para hablar de los mejengas de fútbol, pero también le dan espacio a la política o al tema del día, todo se vale para gastar horas y llenarse de nostalgia.
Una vez que se pasa la puerta, cualquier fiebre del fútbol se dará gusto al encontrar un tesoro que pocos conocen, un mural fotográfico que resume las grandes victorias de la Asociación Deportiva Sagrada Familia, un equipo que marcó historia en el fútbol nacional en los ochenta y que se niega a
morir en LINAFA.
En las paredes están enmarcados los equipos sagradeños en sus diferentes categorías y en su mayoría son copias de fotografías que exjugadores conservaban entre sus recuerdos.
La idea. Esta iniciativa de guardar la memoria del equipo mediante imágenes se debe al dueño y administrador del local, Rodrigo “Chichi” Chinchilla, quien tiene 16 años de estar recolectando fotografías y recortes de periódicos con los que ha dado vida a un museo visual.
“En estas paredes lo que existe es la historia del fútbol de Sagrada Familia”, explicó Chinchilla lleno de orgullo.
Chinchilla transmite en sus palabras el cariño que siente por el equipo. Entre los ecortes de periódicos destaca un anuncio en el que se que promocionaba el “Clásico SA-SA” (Saprissa ante Sagrada) que se jugó el domingo 17 de octubre de 1982 en el Estadio Nacional. En ese tiempo las entradas costaban entre ¢30 y ¢150, plata que ahora no alcanza ni para comprar confites.
Figuras. Entre decenas de páginas se conservan las memorias de una época de oro que fue el trampolín de grandes jugadores comoRoger Flores, Hernán Medford y Jorge Picado, entre otros. Algunos grandes de aquél momento hoy están en el olvido.
Es la historia de un club de barrio que a veces no tenía uniformes ni artículos deportivos para entrenar, pero que contaban con lo más importante; la pasión.
Entre los tesoros que protege don Rodrigo están las portadas de diarios nacionales en las que destacan cuando Sagrada le puso límite a la Liga o cuando el Monstruo cayó ante el famoso cuando sagradeño.
“Para mí todas las fotos y recortes son valiosos, pero mis favoritos son los que destacan las goleadas que les metimos a Saprissa y a La Liga”, raja Chichi mientras señala un marco en el que sobresale una portada de La Nación.
El lugar es frecuentado por exjugadores y fiebres que sueñan con volver a tener a Sagrada Familia compitiendo en la primera división para mantener vivo al equipo que nació en los años 70 y su famosa frase: “No hay nada con Sagrada”.
En 1981 el equipo se ubicó en el primer lugar de la tabla de posiciones de la primera división y su brete fue tan destacado que convocaron a cuatro jugadores a la Selección. según recordó don Rodrigo.
El equipo nació en Hatillo con el nombre de Club Sport Medellín, el cual se fundó en 1954, luego pasaron a llamarse el Damasco en 1961 y en el 29 de abril de 1967 tomó el nombre de Asociación Deportiva Sagrada Familia que en 1975 logró el título de Tercera División por la Región 8 de San José.
Un año después llegaron a la Segunda División, y campeonizaron en las temporadas de 1980-1981 y 1993-1994. Actualmente milita en la Primera División de Linafa (segunda B) y su deseo es volver a la Primera.
Agradecido. Entre el montón de figuras que se hicieron un nombre en el fútbol nacional con Sagrada Familia, destaca una foto en la que aparece Hernán Medford, actual técnico del Herediano, cuando tenía 18 años y defendía la chema sagradeña.
Sagradafue elprimerequipo que le dio la oportunidad de jugar al Pelícano y eso es algo que el exjugador agradece.
“Fue una época buena porque fue mi inicio en un equipo de primera división”. Aunque Medford solo jugó seis meses con los rojiblancos tuvo el privilegio de compartir con jugadores de renombre de la época.
“No puedo olvidarme de Barrio México, porque soy muy agradecido pero a nivel de primera división (Sagrada Familia) empezó a marcar mi época. Para mí fue un sueño cumplido, porque yo jugaba ahí y pensaba que estaba soñando”, recordó el Pelícano.
Medford recuerda que entrenaba junto a su mejor amigo José Manuel Villalobos y que jugaban en el antiguo Estadio Nacional, bajo la dirección técnica de Carlos Solano.