Vida entre cemento
Verticale (Bosques Verticales) del arquitecto italiano Stefano Boeri, con más de 20.000 plantas y árboles, o sea el equivalente de dos hectáreas de bosque, son un éxito mundial, con imitaciones desde Holanda a China.
En el barrio milanés de Porta Nuova, la gente mira impresionada los dos rascacielos boscosos, donde viven algunos famosos como el futbolista croata Ivan Perisic. Alerces, cerezos, manzanos, olivos... En cada balcón crecen decenas de plantas o árboles elegidos y posicionados en función de su resistencia al viento y de sus preferencias en materia de luminosidad o humedad.
Este proyecto “nació de mi obsesión por los árboles” y de una reflexión sobre “la manera en laque podían convertirse en componente esencial de la arquitectura”, explica Stefano Boeri.
También es una iniciativa ecológica. “En el 2007 estaba en Dubái y miraba esa ciudad que cruza en mediodel desierto, conmásde 200 torres de vidrio que multiplican el efecto del calor”, recuerda.
Así nació la idea de un edificio que pueda, “además de acoger la vida, contribuir a reducir la contaminación de la ciudad, porque los árboles absorben las micropartículas y el CO2.
“Las ciudades producen actualmente alrededor del 75% del CO2 presente en la atmósfera y llevar más árboles a la ciudad signifi- ca combatir al enemigo en el lugar”, estima el arquitecto.
El Bosco Verticale se compone de dos torres de 110 y 76 metros. No es el único edificio con cubiertas vegetales. Hay otros, sobre todo en Singapur o París, como la “Tower Flower”.
“Vivir aquí es algo único, estamos en contacto directo con las plantas, todo ello en pleno centro de la ciudad yen un rascacielos super moderno ”, declara Si mona Pizzi, que velas montañas desde su apartamento en la planta 14.
“Las plantas han crecido mucho en estos últimos tres años, las vemos cambiar con las estaciones”, cuenta.
El proyecto rebosa de poesía, con sus 9.000 mariquitas (también conocidas como vaquitas de San Antonio en algunos países) colocadas para luchar contra los parásitos sin pasar por los pesticidas, y que se multiplicaron en pocas semanas.
“Lo extraordinario y con lo queno contábamoses la cantidad increíble de pájaros que anidaron allí. Tenemos pequeños halcones en los tejados”, enumera, satisfecho, el arquitecto.
Boeri y su equipo trabajan ahora en una decena de proyectos en el mundo: Lausana (Suiza), Utrecht (Holanda), Sao Paolo (Brasil), Tirana (Albania)...
En China hay dos torres en obras en Nanjing, un hotel proyectado en Shanghái y planes para edificar una “ciudad forestal” formada por alrededor de 200 edificios en Liuzhou.
“China está dándose cuenta del problema dramático de la contaminación del aire, pero también de la urbanización salvaje”, explica el arquitecto quien decidió no patentar su creación y revela “todos los secretos y técnicas” en un libro. “Estaría feliz de que se convirtiera en una forma de desarrollar ciudades”.