El “bolapán” se puso de moda
LA BAMBA APROVECHÓ ALLANAMIENTOS E INVENTÓ OTRA BOCA CON CHORIZO
viernes los allanamientos estuvieron a la orden del día en el caso del cementazo chino, entre los dueños y la clientela de la cantina La Bamba, en Sabanilla de Montes de Oca, nació otra boca en homenaje a todo ese despelote. De inmediato le cambiaron el nombre a la boca de choripán y le pusieron “bolapán”.
La “bolapán” es una boca que consiste en un sándwich de pan con dos pedacitos de chorizo, servidos con una muy rica salsita blanca a la cual también rebautizaron, ahora se llama “salsita allanamiento”.
Pero no crean que estas nuevas bocas tienen algo que ver con Juan Carlos Bolaños, Celso Gamboa, Mariano Figueres o Víctor Morales, es pura casualidad que vayan teniendo nombres de acuerdo a los acontecimientos en el cementazo.
La Bamba amaneció de fiesta este viernes 3 de noviembre. Los clientes solo de un tema hablaban y las llamadas telefónicas también: el pegue que tuvieron al salir justo este día en La Teja con su boca “papas con cemento”, que es dedicada al caso del cementazo.
Don Mario Vindas, uno de los dueños (el otro es su hermano don Juan Manuel Vindas), es bien ingenioso con su negocio, esas cosas se le ocurren al vuelo, ni las piensa mucho. Fue así como nació la boca de “papas con cemento”, primero, y ahora el “bolapán”.
En La Bamba aprovechan muy bien el caso del cementazo.
Los mismos clientes, muertos de risa y dehambre, hasta se inventaron sus propias bocas.
Una vez más nos topamos este viernes a Luis Ramírez, un cliente fijo, quien espera que de ahora en adelante La Bamba les venda una “Bolañada”, que es ni más ni menos que pescado con patacones.
Otro de los comensales espera que pongan una boca a la que le llamen mejunje, la cual tenga de todo: poquitos de allanamientos, un buen pedazo de políticos, unas tajaditas de fiscales y hasta un par de ramitas de gerentes y subgerentes bancarios.
La Bamba abre todos los días (excepto los domingos), de 11 de la mañana a 10 de la noche, y este viernes a las puriticas once ya estaban las bases llenas. Es una verdadera cantina de pueblo, nosotros llegamosy el que entraba saludaba a todos, aunque no los conociera, como era la tradición.
Incluso un cliente fijo llegó fregado de la panza, como que algo le cayó mal, pero fue solo para armar el vacilón por la publicación en La Teja.
Don Mario al escuchar que tenía un cliente “enfermo” corrió a traer su arma secreta, una botella que tiene gavilana con pedo e’ chancho (varios tipos de guaros), y que la dejó lista su papá, don Albán Vindas (falleció hace 9 años), quien fue el que compró la cantina en 1950, misma que nació en 1928.
En un dos por tres le curaron la panza al enfermo y para celebrar, pues nada mejor que una birrita y asunto arreglado.
También se tomó un whisky con fresco e’ perro (agua), como para terminar de entonar el estómago.
Nos aseguró don Mario que de acuerdo a como vaya evolucionando el caso del cemento chino, así irán cambiándole el nombre a las bocas, así que esperemos pronto tener una boca que se llame la “el enchorpado” o, ¿por qué no?, “el fugitivo”.