Se vale una triste Navidad
MUCHAS RAZONES MOTIVAN A NO QUERER CELEBRAR LAS FIESTAS
y comercios empezaron a llenarse de luces y colores navideños desde este mes de noviembre, pero no todos los ticos se contagiarán de ese “espíritu” que se vive en estos días.
Esas personas que no se alegran por el ambiente navideño son tachados de amargados, aburridos y aguafiestas; sin embargo, en sus historias puede haber una pérdida de un familiar, el pleito legal por la custodia de un hijo, el desempleo, la muerte de un perrito o simplemente no les gusta celebrar la fecha.
Tampoco se debe olvidar que este año muchos perdieron a familiares y sus casitas a causa de la emergencia por la tormenta Nate, a otros se les quemó su hogar o lo perdieron a causa de una deuda.
Todas esas cosas pueden deprimir a cualquiera, al punto de no querer celebrar nada, ni siquiera la Navidad.
La psicóloga María Ester Flores explica que esas emociones son normales y que no tiene nada de malo sentirse triste o sin ánimo para tomarse un rompope o comerse un tamalito con la familia o los amigos.
“Estar triste es parte de las emociones, no se pueden negar. Obligarse a ser feliz solo puede aumentar la melancolía porque no se le permite al que está triste liberar las emociones”, explicó.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 300 millones de personas alrededor del mundo padecen depresión por enfermedad o por una pérdida, en la mayoría de casos se pueden superar con tratamiento.
Según la especialista, si una persona no se siente con ánimos y aún así quiere celebrar las fiestas navideñas, lo ideal es que meses antes haga ejercicios o terapias que le permitan liberar y sanar las emociones que no le permiten estar a gusto en estas fechas.
Pero los que no quieren vivir la Navidad tienen todo el derecho a no ponerse los cachos de reno o el gorrito de santa y simplemente no unirse a las celebraciones.
“Sería agresivo o antinatural obligar a una persona a celebrar si tiene una pérdida o un recuerdo de por medio. En su lugar, yo como terapeuta, invito a la gente a aceptar sus sentimientos y llorar, porque entre más se permita sacar las emociones es más fácil que sea feliz, obli-