Cae otra jupa por eliminación de Italia
el dinero, las mujeres y otro montón de cosas que forman parte de la vida de muchos futbolistas no hacían feliz a Philip Mulryne, quien tomó la decisión de hacerse sacerdote.
Este exfutbolista irlandés jugó nada más y nada menos que en el Manchester United entre 1996 y 1999, donde compartió el camerino con leyendas como David Beckham y Ryan Giggs, aunque solo disputó un partido oficial.
Mulryne no será recordado por su carrera futbolística, sino por ser uno de los pocos futbolistas que una vez retirado decidió hacerse sacerdote.
En julio de este año, Philip consagró su vida a Dios y en estos días concedió una entrevista
en el repechaje europeo del Mundial de Rusia 2018 ante Suecia, sigue cobrando víctimas.
Después de la salida del seleccionador Gian Piero Ventura, le tocó este lunes el turno al presidente de la federación italiana, CarloTavecchio, quien renunció luego de una reunión con dirigentes.
Tras su salida, Italia no tiene presidente de la federación, seleccionador, tampoco presidente de la Lega Serie A (1ª división) ni de la Lega Serie B (2ª división), puestos que Tavecchio había asumido de forma interina.
Este vacío de poder ilustra a la perfección el enorme trabajo que tiene por delante el fútbol italiano, que cuenta con cuatro títulos Mundiales en sus vitrinas, para recuperar su plaza de honor el cual quedó por los suelos con la eliminación a la Copa del Mundo.
Tavecchio, de 74 años, fue elegido presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) en agosto de 2014. Su decisión de no renunciar hace una semana tras la eliminación ante Suecia en el repechaje europeo fue muy criticada por numerosos actores del mundo del fútbol, pero también por el presidente del Comité Olímpico Italiano (CONI) Giovanni Malago.
En una rueda de prensa, Tavecchio, muy enojado, lamentó haber sido el único en presentar la renuncia: "Pedí (la dimisión) de todo el consejo federal, pero nadie la entregó, solo estaba la mía".
La FIGC organizará elecciones en los próximos 90 días para nombrar a un nuevo presidente.
Antes de ser responsabilizado por el fracaso de Italia, Tavecchio había sido criticado durante su mandato de racista, antisemita y homofóbico.
En noviembre del 2015, tuvo que dar explicaciones por una entrevista no publicada en el portal Soccer Life.
En ella habló de la compra de la sede de la Liga de Fútbol Amateur por parte de “un tal Anticoli, un judío”. “No tengo nada en contra de los judíos, ¡eh!”, matizó antes de decir al periodista que “más vale tenerles respeto”. Posteriormente, hablando de un exdirigente federativo, Tavecchio le preguntó al periodista “¿si es verdad qué era homosexual?”. El entrevistador le cortó. “No tengo nada en contra de ellos, pero que los alejen de mí. Yo soy completamente normal”, espetó Tavecchio. Antes, en julio de 2014, justo antes de su elección, en donde finalmente explicó que el loco tren de vida de los futbolistas fue lo que lo hizo dar un giro tan grande. “No me gustó la grandeza de ser un profesional. El dinero, los clubes nocturnos, las mujeres… Todo eso estaba bien con 20 años, pero cada vez me sentía más insatisfecho con mi vida”, confesó al Times. El oriundo de Irlanda del Norte no ocultó que tuvo años de diversión antes de colgar las botas, aunque nunca llegó a ser feliz completamente, según reprodujo el sitio www.as.com. “Me encanta pasarlo bien. Ese estilo de vida me ha dado placer, pero no fue para toda la vida. Me compré tres o cuatro carros en un año porque estaba aburrido y siempre quería más. Nunca fue suficiente. Pensé que ese estilo de vida me iba a hacer feliz”, indicó el ahora cura. Tavecchio, entonces vicepresidente de la FIFC, declaró: “Aquí tenemos a ‘Opti Poba’ que antes estaba comiendo plátanos y ahora juega de titular en la Lazio de Roma”. Este comentario, que parecía hacer referencia al centrocampista francés de la Juventus Paul Pogba, levantó mucha polémica en Italia y le valió una sanción de seis meses de la UEFA.