La Teja

Diez años de intenso dolor

VÍCTIMA DE ATROPELLO PELEA PENSIÓN

- ADRIÁN GALEANO CALVO Desde hacemás

de 10 años doña Lilliana Guadamuz Paniagua, de 46 años, ha tenido que vivir y trabajar aguantando un terrible dolor en su brazo izquierdo, el cual es producto de un accidente de tránsito causado por la imprudenci­a de un camionero.

Guadamuz, quien es empleada doméstica, dijo que su vida cambió el 5 de junio del 2007, día en que fue atropellad­a por un camión mientras viajaba en bicicleta por la localidad de Río Cañas de Santa Cruz, Guanacaste.

Doña Lilliana recordó como un día antes del accidente su hermana la llamó para decirle que se iba a realizar una reunión para mejorar las casas, por lo que ella decidió pedir permiso en la empresa de limpieza en la que trabajaba para asistir a la actividad.

Según Guadamuz, su hermana y ella fueron en bicicleta a la reunión, pero la tragedia se interpuso en el camino.

“De regreso, como a las 4 de la tarde, veníamos en bicicleta y mi hermana escuchó como que venía un camión, ella se bajó de la bicicleta, yo seguí por mi orilla, en eso el camión como que se abrió para adelantarm­e, pero cuando se cerró me tumbó de la bicicleta”, dijo.

A causa del impacto, doña Lilliana perdió la conscienci­a de forma instantáne­a, por lo que no recuerda nada, solamente sabe lo que su hermana le ha contado del accidente. El chofer del camión simplement­e continuó su camino.

“Yo pasé una semana sedada en el hospital de Liberia, mi hombro izquierdo lo tenía demasiado inflamado, triturado, entonces una señora amiga de mi exsuegra habló con los doctores para que me trasladara­n al Centro Nacional de Rehabilita­ción (Cenare), donde estuve como 22 días”, contó la luchado- ra. Luego, Guadamuz estuvo en el hospital San Juan de Dios, donde le hicieron un injerto de piel y estuvo bajo control durante tres años; sin embargo, ahí inició su calvario, pues se dio cuenta que sufrió una lesión que no sanaría.

“Lleva 10 años con complicaci­ones, aún estoy en control en el hospital La Anexión (Nicoya). Yo soy empleada doméstica, me afecta limpiar, me afecta planchar, prácti- camente mi hombro siempre lo tengo inflamado”, dijo.

Doña Liliana aseguró que el dolor es tanto que casi no puede trabajar, por lo que ha buscado la forma de obtener una pensión por invalidez, pero solo ha obtenido respuestas negativas.

“Estaba en trámite de ver una pensión por invalidez, pero ya me la rechazaron, por eso ya lo volví a intentar. Lastimosam­ente me han 46 años, empleada doméstica. Vive en Santa Cruz, Guanacaste dicho que para que me den la pensión yo debo estar casi invalida, pero ellos dicen eso porque no saben el dolor que siento”, añadió.

Guadamuz vive sola, sus hijos se fueron, por eso no le queda más que aguantar el dolor y salir en busca de su propio sustento.

“Yo tengo que trabajar porque no tengo quien me mantenga, mis hijos ya están grandes, por eso debo trabajar porque no tengo otra forma de mantenerme”.

De momento la señora se encuentra a la espera de que esta vez si le ayuden con la pensión, pues de otra forma va a tener que seguir aguantando el terrible dolor que ha venido arrastrand­o desde hace 10 años.

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