La Teja

Temor al miauuu

- ERICK QUIRÓS erick.quiros@lateja.cr

La Misión chinamo del domingodej­ó al descubiert­o el terror que les tiene el periodista Dudly Lynch a los misingos.

El talamanque­ño pasó congojas cuando le dijeron que parte del reto que tenía que completar era tomarse un selfie con un gato gris.

Las otras dos pruebas eran lograr fotografía­s con un hombre de más de dos metros y con unseñor con bastón, imágenes que consiguió sin problema.

La congoja llegó cuando era el turno del gatito. Fue a parar al mall Zona Centro, en San Rafael Abajo de Desamparad­os, donde lo esperaba doña Adriana Rojas con su mascota.

Cuando llegó, Lynch hasta que se puso pálido y no podía disimular lo incómodo que estaba con la situación.

Primero se tomó una foto en la que con costos se veía el gati- to, pero desde el set, en La Sabana, le dijeron que tenía que estar más cerca y hasta tocarlo, en ese momento hasta ganas de vomitar sintió.

El periodista habló con La Teja de todo lo que pasó después y cómo sufamilia vivió el reto que le impusieron.

Con la platita que se ganó (¢250 mil) ayudará a poner juegos y pintar los que ya están en el play de Bribri, comunidad indígena de la que es oriundo Lynch.

–¿Desde cuándo siente eso por los gatos?

Desde carajillo, yo veo un gato y dejo de comer, no los tolero. Recuerdo que antes mi abuela tenía gatos y los tenía que encerrar cuando yo llegaba porque de verdad no puedo estar cerca de uno.

–¿Eso lo sabía la gente del Chinamo?

No, fue una casualidad. Yo la verdad agradezco mucho la oportunida­d y la invitación porque con la platita voy a ayudar al parquecito de la comunidad donde nací.

–¿Qué le pasó por la mente cuando le dijeron que tenía que tocarlo?

Me puse incómodo porque según yo ya había cumplido y el camarógraf­o me dijo que no, que tenía que estar más cerca. Mi mamá estaba toda angustiada en el estudio, hasta estaba rezando porque sabe lo que yo siento, me dio de todo, sudaba frío y tenía náuseas.

–¿Sabe de dónde viene esa fobia?

No tengo idea, yo ando a caballo, monto toros, no es cosa mía. Yo me pongo a pensar que el gato hasta parece inofensivo, pero no puedo, me da como asco y miedo. –¿Qué hace cuando se topa a alguno? Si voy a casas y tienen gatos, respetuosa­mente me voy. A veces voy por la calle y veo uno, cruzo y sigo mi camino. Hace un tiempo recuerdo que me quedé a dormir en la casa de un amigo en Turrubares, en la madrugada un gato se me metió debajo de las cobijas y lo sentí en las costillas, pegué aquel brinco y terminé durmiendo en mi carro. –¿Qué le dice la gente? Me han vacilado mucho porque dicen que es una tontera, pero no es algo que yo pueda controlar.

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 ?? CORTESÍA. CORTESÍA. ?? Lynch no sabía ni donde meterse con el gatito al lado. ¡Qué varas! A Dudly los toros no lo apantallan, pero los gatos sí.
CORTESÍA. CORTESÍA. Lynch no sabía ni donde meterse con el gatito al lado. ¡Qué varas! A Dudly los toros no lo apantallan, pero los gatos sí.

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