La Teja

DICIEMBRE SE PONE LOS CACHOS

- KAREN FERNÁNDEZ karen.fernandez@lateja.cr Navidad en soltería.

En diciembre casi todo el mundo se pone en modo fiesta.

El ambiente navideño está en el aire y hay actividade­s sociales por todo lado y en una que va y otra que viene se podría caer en la tentación de la infidelida­d.

Noimporta si se tiene pareja o no, la clave para muchos es no pasar solos. Parejas que pasan por momentos difíciles eligen, en algunos casos, buscar a una tercera persona que les dé el calorcito que no están recibiendo en casa.

Diciembre es un mes en el que las infidelida­des suben.

“Es una época que propicia la ilusión y la esperanza, lo que impulsa a las parejas en dos vías: algunas que están pasando por una crisis optan por divorciars­e o son infieles como una excusa a lo que están viviendo. O, por el contrario, luchan con todas sus fuerzas por salvar el matrimonio a raíz de la motivación que genera la Navi- dad”, opina el sexólogo Mauro Fernández.

Agrega don Mauro que la Navidad motiva a vivir intensamen­te. Es por eso que en esta época se casa más gente, se piden bebés y parejas que solo estaban saliendo empiezan un noviazgo más formal (o se supone). Estos hechos aumentan entre un 30% y un 40%, explica el sexólogo.

Pero tenga cuidado. Así como aumentan las infidelida­des esmás probable que lo pesquen porque hay más exposición de las actividade­s sociales, sobre todo en los tiem- pos de las redes sociales y alguien podría resultar etiquetado sin haberlo pedido.

El abogado de familia Belisario Solano vamásallá y dice que de cada 10 divorcios que le llegan, siete son por infidelida­d y hasta le ha tocado firmar uno un 24 de diciembre a las nueve de la noche.

“Mientras otros están pensando en la cena de Navidad y en compartir con la familia, esta pareja estaba urgida por divorciars­e. Eso es devastador y te marca”, dijo don Belisario.

Las infidelida­des son tan comunes que hay quienes se dedican a perseguir a esos mal portados para conseguir las pruebas que le permita a la parte engañada dejar en evidencia a quien está poniéndole los cachos.

Es por eso que Asdrúbal Mora y José Villanade, investigad­ores pensionado­s del OIJ, montaron su propia agencia y reconocen que gran parte de su trabajo tiene que ver con este tema.

Para ello tienen a 11 colaborado­res a los que rotan.

Unos casos muy comunes tienen que ver con personas mayores que andan con otras mucho más jóvenes y desconfían. Temen que así como ellos le pusieron los cuernos a su pareja esta-- ble, la conquista más joven se las aplique de la misma forma. Por eso buscan a los investigad­ores para que sigan a la pareja.

“Un señor de Chicago que tenía cincuenta años nos contactó para vigilarle a la novia de veinte que tenía en una zona rural de nuestro país. Ella salía todos los viernes y sábados con sus amigas y la seguimos por año y medio, pero nunca logramos comprobar que estuviera siendo infiel, solo se divertía con ellas como cualquier otra joven a esa edad”, recordó don José.

¡Ojo a los trucos! Los investigad­ores tienen formas muy sutiles de hacer su trabajo.

Por ejemplo, si saben que una persona infiel está en un restaurant­e, ellos se podrían instalar en una mesa con tres o cuatro amigos y hacer parecer que celebran un cumpleaños y mientras toman fotos despistada­mente, están agarrando al “infractor”.

Otras veces, quien los contrata les ayuda a acceder al carro o a los celulares de la pareja de forma rápida. Ese tiempo lo aprovechan los investigad­ores para instalarle un GPS que permita seguirlo a mayor distancia y sin ser vistos. Uno lo instalaron un día aprovechan­do que el infiel tenía restricció­n y no podía llevarse el carro.

“Un día el tipo salió a las doce de la noche porque su esposa estaba de viaje fuera del país, se fue a un restaurant­e, se tomó unas birritas y los investigad­ores infiltrado­s pasaron al baño a cerciorars­e con quién estaba el ‘objetivo’, pero no pudimos hacer fotos porque no había nadie más y era quedar en evidencia, pero le contamos a la clienta y obviamente le reclamó y hasta le dijo cómo andaba vestido porque eso sí se lo describimo­s para demostrar que habíamos estado en el lugar”, recordó Villanade.

Normalment­e quienes se portan mal más a menudo, según la experienci­a de los investigad­ores, son los hombres de entre 25 años y 40 años.

La tecnología es un excelente aliado para estos detectives, quienes entre sus herramient­as de trabajo cuentan con lapiceros y cámaras diminutas y relojes. Recienteme­nte compraron un dron para hacer tomas aéreas.

Claro, los infieles también tienen sus truquillos y uno de ellos lo dice aquella canción de Julio Jaramillo: niégalo todo, di que no es cierto.

 ?? ARCHIVO. J. ZAMORA. ?? Las parejas estables corren el riesgo de “resbalarse”. Asdrúbal Mora y José Alberto Villanade son expertos investigad­ores privados.
ARCHIVO. J. ZAMORA. Las parejas estables corren el riesgo de “resbalarse”. Asdrúbal Mora y José Alberto Villanade son expertos investigad­ores privados.

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