NIÑO CUENTA HISTORIA
ROMEL SE QUEMÓ TODO SU CUERPITO CON AGUA HIRVIENDO Y QUIERE QUE A OTROS NO LES PASE
Doña Irene Rojasy su pequeño hijo Romel José Vilchez Rojas, de cinco años, han tenido que pasar por momentos muy duros por un descuido y no quieren que ninguna familia sufra el mismo dolor, por eso luchan juntos por salir adelante y quieren trasmitir un mensaje de prevención.
El pequeño Romel quería salir en La Teja y por eso junto a su familia nos contó que ha pasado con él después de un año que se quemó con agua hirviendo.
Con la sonrisa que lo caracteriza nos recibió, junto sus tres hermanitas, en su humilde casa en Guatuso de El Guarco de Cartago.
El 1° de agosto del 2016, vísperas del Día de la Virgen de los Ángeles, a Romel lo estaba cuidando su abuelita María Isabel Murillo.
Desgraciadamente bastaron tan solo unos segundos para que el pequeño se acercara a la cocina en la que estaba hirviendo el agua.
“El agua era para cocinar elo- tes, él se arrimó a la cocina y mi mamá estaba justo a la par lavando trastos, pero dándole la espalda a la cocina. Él jaló el horno con fuerza y se le vino la olla”, contó Irene. El valiente pequeño nos contó que se quemó el brazo y el pecho, la carita y los brazos, y que le dolía muchísimo. Las quemaduras alcanzaron una tercera parte de su cuerpecito. “Mi mamá en ese momento pidió ayuda, yo estaba trabajando cerca de la casa y me avisaron, a ella se le alteraron los nervios, es diabética y se descompensó; vinieron mi hermano y mi cuñada y le quitaron la camisa al chiquito y le empezaron a echar agua fría, llamaron al 911 y llegó muy rápido la ambulancia que lo trasladó al hospital Max Peralta. Ahí estuvo solo como dos horas porque lo llevaron vía aérea al Hospital Nacional de Niños”, comentó Irene, quien recuerda lo ocurrido con muchisimo dolor. Romel pasó mes y medio internado, estuvo 15 días en la unidad de Cuidados Intensivos, los médicos hasta le indujeron el coma, su familia le pedía al cielo que el niño saliera de peligro.
Después de ese periodo crítico le empezaron a hacer curaciones, pero según nos contó él, le ponían anestesia para que no le doliera.
“Los doctores me atendieron bien y con mucho cariño, yo estaba un poco más pequeñito y por eso no recuerdo tanto lo que me hacían en el hospital”, dijo el luchador.
Las quemaduras le dejaron varias secuelas, no puede mover el brazo derecho, le han realizado tres operaciones en las cicatrices y también le hicieron injertos, además le reconstruyeron una axila, su última cirugía fue hace 22 días y todavía le faltan otras.
“Él tiene controles una vez a la semana, yo tuve que dejar de trabajar, pero de a poquitos hemos logrado salir adelante. Esto lo hemos ido superando con ayuda de psicólogos porque ha sido un proceso bastante duro.
“Él lo ha tomado con más tranquilidad y de mejor manera. Ahorita utiliza licras para que las cicatrices no se abulten y evitar que les pegue el sol.
“Además, tiene una férula para que no roce el brazo con lo de la operación y debe usarla hasta que sane bien la herida.
“El baño de él es normal, no le molesta ni le duele, tampoco a la hora de vestirlo”, detalló la mamá.
Romel estaba asistiendo a materno en el kínder San Isidro de El Guarco, pero por la operación no
ha podido volver, por lo que su mamá le llevaba los trabajos a la casa, además, los compañeritos del pequeño son muy cariñosos.
Romel es un niño muy valiente, siempre hace todo lo que los médicos le piden con tal de recuperarse pronto y salir a jugar.