Lucha por levantarse
PAPÁ FUE ATROPELLADO Y EL CHOFER LO DEJÓ TIRADO EN LA CALLE
al hospital Max Peralta y una vez ahí se dio cuenta de la gravedad de sus lesiones.
“Uno de los huesos de las piernas se me astilló y se me salió, se quebraron las dos tibias y los dos tobillos. Me tuvieron que operar y ponerme un aparato que sostenía desde afuera los huesos de una de las piernas y la otra me la enyesaron toda”, explicó.
Luego de pasar 10 días internado el sobreviviente regresó a la casa, pero ahora todo es más complicado.
Los médicos lo enseñaron a bañarse y vestirse sentado, ya que no puede apoyar los pies.
“La verdad siento mucho miedo, los doctores dicen que mi recuperación va a ser muy lenta, yo espero en Dios poder caminar otra vez”, dijo el hombre.
Solano dice que no ha podido recibir la atención necesaria porque quien debe atenderlo es el INS por haber sufrido un accidente de tránsito, pero como el carro no apare- ció, no han podido usar las pólizas.
“Ala persona quemegolpeó le digo que ojalá Dios lo perdone, yo necesito que se ponga la mano en el corazón y me ayude porque verdaderamente la estoy pasando mal.
“Yo tengo familia y ahorita lo que meestán pagando por la incapacidad es muy poco; vivo con mis papás y mi hermana y tengo que ayudarlos económicamente y además, tengo la obligación con mis hijas”, aseguró Cristian.
Solano dice que el último mes ha sido muy duro para él, ya que nunca había tenido, ni siquiera, que estar en un hospital y ahora depende de sus familiares para casi todo.
“Yo trabajo en la empresa Tomatísimo, que es de tomates hidropónicos y en medio de todo esto tan duro que estoy pasando mis compañerosme hanapoyadobastante y me han traído víveres y algo de platica, peromimayorpreocupación es que tengo que pagar la pensión y el aguinaldo de mis hijas, y además, viene la entrada a clases y yo estoy recibiendo lamitad del salario que siempre recibo”, argumentó.
El sobreviviente dice que en medio del dolor y la angustia que enfrenta sabe que el estar con vida lo convierte en una persona afortunada.
“El día del accidente pensé que iba a morir, fue feísimo, sentí que iba a perder a mi familia y a mis hijas, pensé que no las iba a volver a ver, creí que mi vida y los planes que tenía se habían acabado”, confesó.
La recuperación física ha sido muy dura, pero la mental aún más, ya que ahora Cristian no quiere ni siquiera acercarse al lugar donde se dio el accidente.
Además, cuando sale a citas médicas siente temor con solo ver los carros debido al trauma que sufrió. Pese a eso, el sobreviviente espera que en algunos meses su vida pueda volver a la normalidad porque tiene muchas metas que cumplir, empezando por la de hacer feliz a sus muchachas.