CARLOS ALVARADO
–¿Qué recuerda de las navidades de su infancia?
La comida en las posadas en el barrio de mi abuela, cuando prendían el árbol del Hospital de Niños, o la fiesta que organizaba mi familia para niños de la comunidad.
–¿Cuál es el regalo que más recuerda?
Los muñecos de Han Solo y Chewbacca de la Guerra de las Galaxias.
–¿Cuál fue el regalo que siempre quiso, pero que nunca le dieron?
No recuerdo haber pedido algo complicado. –¿Cuál regalo aún conserva? Los libros que me han regalado. –¿Cuál fue el regalo más feo que le dieron?
Feos no sé, pero no me gustaba que me regalaran ropa.
–¿Alguna vez se quedó sin regalo?
En un amigo invisible mal organizado.
–¿Quien era más alcahueta, su mamá o su papá? Mi mamá. –En esta época ¿para donde se lo llevaban a pasear?
A Liberia, en Guanacaste.
–¿Cuál torta recuerda que haya jalado en esta época?
Prendiendo el árbol de Navidad hice un corto circuito y un chispero. Casi lo quemo.
–¿Cuáles comidas no pueden faltar en Navidad? Pierna de cerdo. –¿A quién que ya no está, recuerda siempre en estas fechas? A mis abuelos, al día de hoylos extraño mucho, en particular en estas fechas. –¿Ha cambiado en algo las celebraciones de antes en relación a las de ahora? Las fiestas eran más grandes porque de niños éramos un montón de primos, la generación de ahora tiene menos niños, pero el alboroto es parecido. –¿Qué mensaje navideño le da a los ticos? Que la pasen con los seres queridos y que descansen mucho, reflexionen las metas del 2018, y que se preocupen por lo que en verdad importa y no por lo material y lo que no tiene importancia.