La Teja

YA ESCRIBE SU HISTORIA

BRYAN VE COMO “LINDA COINCIDENC­IA” SER DE LA MISMA TIERRA QUE NAVAS

- KAROL ESPINOZA kespinoza@lateja.cr

Con tan solo 20 años, Bryan Segura ya sabe lo que significa ser campeón nacional y no necesitó jugar con Saprissa, Alajuelens­e o Herediano para lograrlo.

El joven portero, vecino de Chimirol de Rivas de Pérez Zeledón, a 15 kilómetros del centro de San Isidro, se convirtió en figura clave para que el equipo del Valle de El General obtuviera su primer título de campeón, hace una semana, al ganarle la final a Herediano con global 1 a 0.

“Después de jugar la final, nos dieron libre hasta el 2 de enero”, contó el jugador desde la caliente Pérez Zeledón.

Contó orgulloso que aunque el mejor regalo que recibió en Navidad fue el título también se autorregal­ó un Yaris 2010, para el que tuvo que ahorrar todo el año.

Segura es uno de los porteros jóvenes con más proyección del país y recuerda que su amor por el marco le nació hace diez años.

Todo empezó en el patio de su casa, en las faldas del cerro Chirripó, un lugar donde el clima es frío y poco tiene que ver con el calor que se raja en Pérez Zeledón.

“Desde pequeño (10 años), en mi casa había una cancha de fútbol, así que tenía un marco y como no había nadie que quisiera atajar, yo me ponía. Eso (de ser portero) uno lo trae y a mí siempre me atrajo”, cuenta orgulloso, y tan solo seis años después debutó.

A los 16 años enfrentó al Cartaginés en Fello Meza. Perdieron 2 a 1.

Como Bryan es de Pérez Zeledón muchos creen que esta tierra tiene algo especial para sacar buenos arqueros, ya que ahí también dejó el ombligo Keylor Navas, arquero del Real Madrid. Pese al halago, el joven considera que solo se trata de una linda coincidenc­ia.

“Aquí (Pérez Zeledón) nos caracteriz­amos por ser personas de agallas, gente que no se arruga, que lucha y trabaja, sobre todo en la carrera de portero. A todo esto se le debe sumar el talento que se traiga”, responde con seguridad.

Actualment­e no tiene representa­nte, pese a que recién terminado el campeonato se acercó uno que otro a ofrecerse, aunque aclaró que Ricardo Cabañas, representa­nte de Navas, no estuvo entre ellos.

Segura jugó las últimas mejengas del campeonato lesionado y el pasado miércoles, un ultrasonid­o reveló que el desgarro en el muslo de la pierna derecha seguía abierto, por lo que noempezará jugando el torneo, ya que requiere de 22 días a un mes de recuperaci­ón.

Verlo con calma. Al ser consultado sobre el juego de vuelta de la final ante el Herediano, asegura que solo ha visto la repetición del primer tiempo y debe sacar el rato para ver la mejenga completa y con calma. Bryan siempre estuvo seguro de que ganarían el título en el Rosabal Cordero y reconoció que con el pitazo final del central Keylor Herrera vivió una emoción inexplicab­le. “Nunca perdí la fe, sabíamos que Herediano saldría con todo, que tendríamos un partido sumamente complicado, pero teníamos la fe de que aguantaría­mos. “La alegría fue increíble, me tiré al suelo, ya que no podía ni correr por la lesión y lloraba de la felicidad. Es un sentimient­o que nunca antes había tenido, no hay palabras para describirl­o, solo el que lo ha vivido sabe lo que es”, dijo el segundo de cuatro hermanos varones: Keylor, de 23 años, Cristian, de 12, y Justin de 9. LLegar a San Isidro la madrugada del domingo 24 de diciembre, fue de “mucha loquera”, así que ninguno pudo dormir y menos cuando llegaron al parque donde los esperaban cientos de seguidores. Segura recuerda que cerró los ojos a las cinco de la mañana y se levantó al mediodía, sin haber descansado mucho. Sobre los halagos, este bachiller del Liceo Sinaí, en Pérez Zeledón, los agradece, pero evita crecerse, porque sabe que así como lo halagan, también lo pueden criticar. Con esta mentalidad sigue las enseñanzas de su mamá, Ana Cruz, ama de casa y su papá, Keirin Segura, quien trabaja en una empresa de alarmas.

Pese a que nunca le ha preguntado a su mamá por qué lo bautizaron con el nombre “Bryan”, él no cree que haya sido en honor a algún futbolista. Para estar acorde con el fin de año que dirá adiós este domingo, le pedimos a Segura que nos dijera cuál había sido el momento más duro que vivió y respondió que el partido que empataron a tres ante Alajuelens­e, en el Morera Soto, el 2 de setiembre. “Tuve un partido malo, como todos lo podemos tener. Tuve un mal día, un fallo que me costó el puesto, pero es parte de ese aprendizaj­e”, contestó en referencia a los dos goles que le hizo Álvaro Aguilar en ocho minutos.

“Ser campeón es el premio más grande que puede tener uno. La medalla la tengo en mi cuarto para poder verla todos los días”, contó feliz.

Al técnico José Giacone, lo describió como un gran entrenador, que sabe mucho de fútbol, que es muy exigente y un buen técnico.

También nos contó que para relajarse le gusta ir a la playa, la qu le queda a menos de una hora de su casa.

“Por ahora solo estoy jugando, pero quiero ir a la U. Mis metas son jugar fuera del país y en la Selección”. No dudamos que si se mantiene humilde, trabajador y ubicado logrará todo lo que se proponga.

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BRYAN SEGURA JOSÉ CORDERO CORTESÍA BRYAN SEGURA El veinteañer­o muestra orgulloso su medalla de campeón. Bryan Segura, jugó los últimos partidos del campeonato lesionado. El generaleño compartió esta imagen de su familia.

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