Hermaniticos
MÁS ALLÁ DE LOS RESULTADOS, LA CUADRANGULAR CUMPLIÓ UNA VEZ MÁS
90 minutos por la vida saca lo mejor de todos Los erizos Mc Donald y Pemberton encariñados con el morado Barrantes.
Josué y Cristhoper son hermanos, se molestan, vacilan entre ellos y compiten por ver cuál es más bueno jugando bola, en Play Station u otro juego que se les ocurra. Juntos compartieron en el estadio Nacional en los 90 minutos por la vida.
Al ver a los gemelos, de 12 años, vacilando entre ellos es difícil imaginar que hace solo cuatro años Josué estaba batallando contra la leucemia, sin duda el momento más duro en la familia Muñoz Salazar, del que actualmente solo queda un testimonio victorioso.
El resultado de Saprissa en la cuadrangular, cuadro al que apoya esta familia, era lo de menos, porque por la que han pasado los Muñoz es infinitamente másduro que cualquier resultado de un partido de fútbol.
En el momento de hacer el saque de honor, antes de que arrancará la cuadrangular, a Cristhoper la emoción lo llenaba por completo y grabó a su hermano mientras daba la primera patada de la noche.
“Es extraordinario lo que siento, me siento muy bien de poder estar en este estadio, disfrutando de una actividad tan bonita, es mucha ilusión”, comentó Josué, quien está en sétimo año.
Estar cerca de los jugadores que siempre ve por tele es algo que le ilusionaba bastante, toda la familia laagradece a la vida el haber vivido esa experiencia.
“Josué padeció de cáncer hace ocho años, fue una etapa muy difícil, tiene seis años que terminó la quimioterapia, después siguió con un periodo de control cada mes, luego por semestre y ahora cada año, gracias a Dios ya está totalmente sano”, según explicó la mamá del jovencito, Karla Salazar.
La familia vive en Puriscal, donde la señora trabaja en la agencia del Banco de Costa Rica, en el área de plataforma.
“Esto es un asunto de solidaridad entre todos, es una etapa en la que ya vemos a Josué sano y lo disfrutamos mucho, pero se recuerda lo que pasamos. En el Hospital de Niños son ángeles, igual que en la Asociación (lucha contra el cáncer infantil), es una etapa que solo con apoyo se supera”, destacó la valiente madre.
Otro que estaba igual de contento era don Rafael Muñoz, el papá de los gemelos, quien venía muy atento para ver a las nuevas figuras del Saprissa, como el caso Johan Venegas, quien jugó el primer partido de 30 minutos ante Cartaginés.
Para don Rafa, su hijo es una ilu- sión de vida para no rendirse nunca ante las circunstancias, por más duras que sean.
“Ellos disfrutan mucho este tipo de cosas, como son hermanos son muy unidos en eso, a Josué le gusta ver partidos y no le gusta ni que lo interrumpan, no podemos ir mucho al estadio porque vivimos en Puriscal y antes en Pérez Zeledón, pero días como estos son muy diferentes”, destacó el papá.
No importaron los colores, los marcadores, ni quienes jugaron a o no, el verdadero objetivo era echarle un hombrito a la niñez costarricense y este se cumplió una año más... gracias a Dios.