“EVA” QUEDÓ CURADO
Probó la
política y quedó curado. El actual gerente del Deportivo Saprissa, Evaristo Coronado, fue candidato a diputado en el 2006 por el partido Patria Primero, que dirigía entonces Juan José Vargas, quien se tiró en aquella ocasión a la presidencia de la República.
Evaristo iba en el primer puesto por San José, pero le faltaron cerca de mil votos para quedarse con una curul. Hoy nos cuenta cómo fue aquella aventura.
–¿Cómo apareció usted en la política?
Fui invitado por Juan José, ni me pasaba por la mente estar en un puesto político; sin embargo, me decía (Juan José, quien era diputado) que había empezado un trabajo para ayudar a los más necesitados y quería que alguien de mi perfil le diera continuidad.
Las ideas eran para los más necesitados y tomé decidí decirle sí. El partido era nuevo, con poco contenido económico y básicamente el alma era él (Vargas), que tenía conocimientos, yo no tenía ninguno y lo hice para ayudarlo.
–Pero, ¿por lo menos había estado en las elecciones de la escuela o del colegio?
(Risas) Estuve en el consejo universitario de rebote. Un amigo que quiso lanzarse me dijo que si quería me ponían de representante pero suplente porque yo no tenía tiempo, jugaba fútbol, estudiabay trabajaba y le dije que no podía meterme. Entonces me dijeron que me ponían como suplente ante el Consejo Universitario.
–¿Hizo campaña cuando estaba con Juan José Vargas?
Ellos tenían su forma de hacer campaña, de parte mía solo los acompañé a uno o dos eventos porque no tenía mucho tiempo.
–¿Entonces la idea era apoyar
Me hace falta poder manejar el hecho de que te insulten y seguir como si nada”. EVARISTO CORONADO EXFUTBOLISTA
los proyectos de Vargas? Y los que a mí se me vinieran a la mente porque uno puede promover algunas cosas o proyectos de nuestros habitantes, básicamente continuidad y ya estando ahí (en la Asamblea Legislativa) pensar otros proyectos. –¿Se imaginó su vida como diputado? Lo veía distante porque era un partido nuevo, con muy poco contenido económico para salir adelante; sin embargo, en las encuestas salía yo entre los posibles miembros de una Asamblea Legislativa. A lo último hubo una polarización y todo mundo se fue a apoyar un partido equis y me faltaron unos votos. La experiencia fue muy enriquecedora desde el punto de vista de percibir el ambiente. Ya metido en la política y por mi personalidad siento que no me hubiese sentido muy cómodo. Empezando no más ya uno empezaba a sentir ataques sin ir a promover nada, alguna gente hablaba de más y uno tiene una manera de ser que no está para soportar. –¿Quedó curado? Quedé curado de la política. Ya me han ofrecido puestos de gobierno, pero con esa experiencia agradezco a los que me toman en cuenta, pero no está diseñada (la política) para mí. –¿Qué tan político puede ser el puesto de gerente deportivo del Saprissa?
Muy poco, a nivel de Federación sí porque hay que ponerse de acuerdo con algunos equipos o personas de equipos que lo apoyen a uno. En el Saprissa llevo el mismo apellido saprissista y todos, casi por naturaleza, lo apoyan a uno. Ha sido una experiencia muy agradable, sigo sintiendo el cariño de la afición.
–¿Qué fue más difícil, entrarle a la gerencia del Saprissa o a la política?
La política, definitivamente. Ya tengo una edad que he ido reduciendo mi trabajo de profesión y quedó un espacio que puedo aprovechar. Me siento cómodo y, dichosamente, las cosas se han ido acomodando.
–¿Tan buen negociador es que se trajo a Ariel Rodríguez, a Christian Bolaños y sacó de la Liga a Johan Venegas?
Eso hay que aclararlo. Fue circunstancial, tal vez puedo tener la intención pero si no está al alcance de la institución es imposible lograrlo. En este caso varias situaciones nos permitieron lograrlo, una de esas es el Mundial, las contrataciones se nos facilitaron pero no necesariamente porque uno es demasiadísimo brillante.
–¿Qué le falta para ser un político tradicional?
Me hace falta poder manejar el hecho de que le insulten y seguir como si nada, acostumbrarmea decir cosas que no son ciertas. Trato de hacer las cosas bien, me puedo equivocar, pero no porque traté de engañar a nadie.