ELIOT NESS VA A LA BODA
COLECCIÓN DE AUTOS ANTIGUOS SE CONVIRTIÓ EN PARTE DEL DÍA SOÑADO DE NOVIAS TICAS
soñado de las novias ticas tiene ahora un nuevo detalle que causa furor. Se trata de los carros antiguos que pertenecen a Juan Carlos Rojas y a su esposa Berlín Castro, que son unas verdaderas joyitas.
Todas las naves son Ford, van desde los modelos 1928 hasta 1938.
Juan Carlos y Berlín idearon la forma de mantener sus carritos puras tejas y a la vez, darles la oportunidad a los ticos de viajar a la boda en chuzos llenos de historia y que trasladan a cualquiera a los años 30.
Sueño hecho realidad. Todo empezó cuando Juan Carlos Rojas era un niño y se sentaba las noches de sábado junto a su papá, don José, a ver la serie “Los Intocables”, que pasaban en canal 7.
Rojas disfrutaba ver a su héroe Eliot Ness, el agente del Tesoro estadounidense, esforzándose por hacer cumplir la Ley Seca en Chicago con su equipo Los Intocables. Para eso se enfrentaba a los gánsteres como Al Capone.
“En esa época, ‘Los Intocables’ era lo mejor del mundo”, recuerda Rojas y esa era la motivación para comprar los ca- rros. En 1975 don José compró el primer Ford y a partir de ahí empezó una colección que pasó a manos de su hijo hace 14 años, cuando el señor falleció.
Estos autos reciben un tratamiento de reyes y tienen un mecánico exclusivo. Las naves también son chineadas por expertos, que construyen las piezas que no se logran conseguir en Internet.
“Siempre quisimos tener un carro Ford de los años 30, ese diseño con las luces por fuera me encantaba, los primeros carros que tuvimos eran de papá”, contó.
Rojas logró tener un carro como el de la leyenda Eliot Ness en 1985, cuando se compró un Ford 1034 por el que pagó ¢250 mil. Hoy un solo el kit de repuestos puede costar casi millón y medio de colones.
Hace dos años adquirió en EE. UU. el último carro de su colección. Se trata de un auto al que le cayó un árbol durante el huracán Katrina y luego quedó abandonado. Ese lo tienen a paso lento, porque primero hay que arreglarle el motor.
“Cuando los carros se terminan de restaurar no dejan de llegarles novios, pero nosotros no pensamos en venderlos y menos ahora que los alquilamos para bodas”, aseguró.
Elsociodelanovia. Un día conversando con su marido, Berlín le preguntó que si le podía prestar dos para alquilarlos en bodas. La idea era encontrar una forma de generar ingresos para dedicarse por completo a su trabajo como voluntaria en la Fundación Bandera Blanca.
“Me pareció una buena idea, porque si lograba alquilar un carro en quinientos dólares al mes, con dos podía generar un sueldo que me permitiría trabajar más horas en la fundación, sin preocuparme de que descuidáramos a nuestros hijos”, explicó Castro.
Hace dos años la idea era una novedad, porque se sabía que la gente tiene carros de colección, pero no los alquilaba. De pronto tuvo que hacer una lista de espera, porque las solicitudes no dejaban de llegar. “Nos llaman personas de todo el país, una pareja que se casó en San Carlos pagó la grúa (para llevar el carro al sitio de la actividad)”, contó que tanto la familia como la novia no podían creer que el carro funcionara tan bien.
Ellas se apuntan. Las que más alquilan son las novias para sorprender a sus futuros esposos. “Es bellísimo ver la expresión de los novios cuando ellas se bajan de los carros antiguos y al final de la boda se usan para la foto de la pareja”, explicó Berlín.
Trabajan con 5 carros que también usan en los desfiles como el Festival de la Luz.
“Solo para marzo ya tengo cinco bodas confirmadas”, el mecánico que trabaja para ellos se viste de época y lleva a las novias para garantizar que nada falle.
Hay parejas que reservan con un año de anticipación, para que otra novia no les gane la vuelta.
Cada carro tiene un nombre inspirado en su origen. Como el Ford El Presidente, que perteneció a Ricardo Jiménez Oreamuno o el Ford Jack’s, que fue parte de la publicidad de la marca de bocadillos.