BRASIL SE RODEARÁ DE LUJO
VERDEAMARELA ESTARÁ EN HOTEL CON MUROS DE MÁRMOL CONSTRUIDO POR ÓRDENES DE STALIN
eligió como campamento base delMundial Rusia
2018 un lujoso hotel frente al mar en Sochi, una estación balneario en el sur de Rusia, construida por Joseph Stalin, exdictador soviético para disfrute de los dirigentes del régimen comunista.
Los brasileños llegarán al Mundial (14 de ju
nio-15 de julio) con la etiqueta de favoritos, lo que siempre despierta el interés de los periodistas y de los aficionados, que se encontrarán con una seguridad reforzada.
El “Swissotel Sotchi Kamelia”, de cinco estrellas, construido con el Mar Negro a un lado y con un exuberante bosque de pinos y palmeras al otro, está rodeado de altosmuros y será cuidado por miembros de seguridad armados, que no aguantan nada.
“Nuestro hotel no dispone de acceso a la calle. La propiedad está vigilada y se verá evidentemente reforzada durante el Mundial”, explica Gregori Gregoriev, el director del establecimiento: “Creo que también estará protegida a nivel gubernamental”. Brasileños y ticos se verán las caras en el grupo E, el 22 de junio en San Petersburgo, ciudad en la que la Sele estará hospedada. Seencuentra a 30 horas en auto de Sochi.
Los brasileños tendrán que hacer un gran salto de 2.000 kilómetros para medirse a Costa Rica, antes de su último encuentro en el grupo de la primera fase, ante Serbia en Moscú. El hotel de laTricolor es el Hilton Saint Petersburg ExpoForum y fue la primera opción, entre otras cosas, porque su ubicación permite los traslados de los ticos manera sencilla en la segunda ciudad más importante de Rusia. millones cuesta una noche en el Swissotel.
Chineados de Putin. El lujo y la seguridad no son extraños en Sochi, ciudad de 350.000 habitantes célebre por albergar los Juegos de Invierno de 2014. Aunque las cumbres del Cáucaso sobresalen en lo alto de la ciudad, eso no evita un clima suave que hace las delicias del presidente ruso Vladimir Putin.
El jerarca pasa allí cada vez más tiempo, contribuyendo a devolver a la ciudad el caché de la época soviética y sus habitantes están acostumbrados al ir y venir de los miembros de seguridad. En el interior del Swissôtel nada indica que fue construido en los años de Stalin.
Candelabros de cristal en el techo, diamantes a la venta en el salón de la entrada y, por encima de una piscina en cascada, una terraza de mármol en la que Neymar, si se recupera a tiempo de su lesión, podrá desayunar mientras contempla el mar.
“Vamos a hacer todo lo posible para que salgan del hotel felices y sin haber tenido ningún problema”, responde Gregori Gregoriev. “Vamos a ayudarles a ganar el Mundial”, asegura.
Las habitaciones clásicas y espaciosas, tienen una pantalla de televisión de gran tamaño que cubre gran parte de losmuros blancos. Su situación permite además tener buenas vistas del atardecer.
Pero más allá del campo de entrenamiento, situado a cinco minutos a pie del hotel, el gran punto fuerte del hotel de la Seleçao en el Mundial es la playa. Es cierto que no es como Copacabana, pero “el clima de Sochi vendrá especialmente bien a Brasil”, estima Gregoriev.
En el restaurante se proponen platos de cocina europea inspirada en Suiza, aunque la selección brasileña llega- rá al lugar con su propio nutricionista y equipo encargado de vigilar la comida.
“Seguro nos pedirán lo que podemos considerar frutas exóticas, como papaya o fruta de la pasión. Pero no hay nada que no hayamos visto ya antes”, dice Grigoriev.
Los brasileños han elegido Sochi , pero en la primera fase no jugarán ningún partido en el estadio Ficht, que acogerá seis encuentros del Mundial. El debut mundialista será el 16 de junio contra Suiza, para lo que tendrán que volar 400 kilómetros, hasta Rostov.