Cumple marcado por lat ragedia
con Dios por darle una segunda oportunidad para estar con su hija y su nieta, cada 17 de agosto, doña Odilíe Murillo Arias celebra su cumpleaños; sin embargo, en esta fecha tan especial no puede evitar pensar en su esposo y su yerno.
Esto se debe a que en el mismo día de su cumpleaños se llevó a cabo el entierro de su esposo Ricardo Espinoza y su yerno Willy Valenciano.
Para Murillo una de las cosas más difíciles fue no poder estar presente para darle el último adiós a su amado, ya que debido al accidente ella quedó en coma.
“Para mí fue como un sueño porque yo no me di cuenta de nada, yo estaba en el hospital, pero no sabía ni porqué”, dijo.
Doña Odilíe no se enteró de la muerte de Ricardo yWilly hasta un mes después del accidente.
“Comoella estaba en comano se dio cuenta de nada, perocuando recapacitó me preguntaba porque papi y Willy no la iban a ver y tenía que abstenerme porque el doctor no me había dado permiso de decirle, yo solo le decía que ahorita venían o me quedaba callada porque no sabía que decir, hasta que ya se le informó y entonces mami lloró y lo primero que pensó fue en Ashanny (nieta)”, recordó Guiselle.
Un milagro. Para Guiselle, el hecho de tener a su mamá al lado después del terrible accidente solo se puede describir co- moun milagro, pues ni los mismos médicos le dabanesperanza de que la señora se pudiera recuperar de los que golpes que sufrió.
“El 17 de agosto cuando los enterramos yo le dije a mis hermanos que quería ver a mami antes del entierro. Mami estaba en coma, entubada, pelona, hinchada, los doctores prácticamente nos decían que ella no iba a vivir y que si sobrevivía iba a quedar con un tanque de oxígeno, casi que era ir a despedirnos”, recordó Espinoza.
Sin embargo, contra todo pronóstico, doña Odilíe salió adelante y se recuperó para regresar a su casa junto a su hija y sus nietas, quienes la esperaban con los brazos abiertos.
“Tener a mami con nosotras aquí es un verdadero milagro de Dios, recuerdo que el día que le dieron la salida le hicimos una fiesta de bienvenida porque a como mami estaba, el verla venir sin silla de ruedas o tanque de oxígeno, solo con un cuello ortopédico, era un verdadero milagro”, dijo Guiselle.