La Teja

CARTA CON RUDO FINAL

MUJER SE REENCONTRÓ CON MAMÁ 36 AÑOS DESPUÉS DE SER ABANDONADA

- ✦ FRANKLIN ARROYO franklin.arroyo@lateja.cr Yahaira es una guapileña,

de

38 años, que tardó 36 años en conocer a Sonia Villarreal, la mujer que le dio la vida y la abandonó cuando apenas tenía dos años.

En aquellos años su madre biológica no estaba pasando un buen momento, porlo que decidió entregarla al Patronato Nacional de la Infancia (PANI) para que se hiciera cargo de ella.

Gracias a las vueltas que da la vida, el destino decidió juntar de nuevo a las dos mujeres.

El esperado momento ocurrió el

1° de diciembre del 2017, aunque no fue tan emotivo como muchos esperarían, ya que Yahaira cargó durante muchos años con infinidad de dudas y preguntas sin responder sobre su vida.

El encuentro se realizó de forma cordial, pues Yahaira decidió perdonar a su madre, a pesar de todo el dolor que le causó con su decisión de apartarla de su lado.

Nuevo comienzo. El PANI se encargó de buscarle un hogar a Yahaira y sin duda Dios la recompezó al llegar a la familia formada por Humberto Morales y Dinath Gamboa, en la cual se convirtió en la menor de cuatro hermanos, pero los otros tres ya estaban mamulones, por lo que siendo una bebita de dos años ya era tía de sobrinos mayores que ella.

“En lo material me dieron absolutame­nte todo y educación, por lo que no me puedo quejar. Era tía de mu- chachos grandes y era la consentida de todos. Tuve una niñez muy linda, fui tres veces reina de belleza en Guápiles cuando tenía cinco, ocho y quince años”. Yahaira tuvo una infancia feliz, pero cuando tenía 15 años su vida tuvo un cambio significat­ivo al encontrar una carta en el cuarto de su mamá adoptiva. “Encontré una carta y la leí. Decía que la niña Villarreal García era hija de Sonia Villarreal García y que Luis Humberto y Dinath se hacían responsabl­es de ella”, contó.

Yaha no lo pensó dos veces, tomóla carta y decidió que sumamita tenía que explicarle muchas cosas que desconocía.

“Le pregunté si ella era mi mamá y ella me decía que sí, mientras yo tenía la carta escondida. Como no me dijo nada más, le mostré la carta y le pregunté qué significab­a”, recordó.

Al verse sin alternativ­a, doña Dinath no tuvo más remedio que contarle la verdad y explicarle que su mamá biológica la había dejado en el PANI cuando era muy pequeña y que ellos la habían adoptado.

“Para mí esa revelación fue un shock, sobre todo porque estaba en plena adolescenc­ia. Entré en depresión y lloré un montón”.

Yahaira se empezó a hacer preguntas sobre sus orígenes y los motivos por los cuáles su mamá tomó la decisión de abandonarl­a. Para ella fueron momentos muy duros, especialme­nte cuando una persona (no dio su nombre) le dijo que si su mamá la abandonó era porque no la quería. Esa frase se convirtió en un puñal que llevó clavado en su alma por años.

Objetivo mamá. El tiempo pasó y Yahaira siguió

con su vida, pero quería respuestas para el montón de preguntas que hicieron trillo en su cabeza.

Como perdió la paz por lo sucedido, decidió enfrentar la situación y pensó que era necesario conocer a su mamá biológica, eso ocurrió el año pasado, 20 años después de enterarse de lo que había sucedido en su vida.

Supo quesu mamábiológ­ica vivía en La Rita de Pococí, gracias a dos de sus hermanos mayores que se criaron con ella. Ellos la contac- taron dos años antes de que se encontrara con su mamá biológica e incluso le comentaron que otros tres hermanos suyos (son ocho en total) también habían sido abandonado­s y que su mamá estuvo enferma de cáncer.

“Estoy en un grupo de WhatsApp de compañeros de la escuela y les conté que iba a conocer a mi mamá. Ellos me dieron muchos mensajes positivos y me dijeron que recibiría muchas bendicione­s. Me recomendar­on que la escuchara y desde ese momento me empezaron las cosquillas en el estómago. Una hermana que se crió con ella me acompañó a conocerla”, recordó la joven,

Antes de ese momento, Yahaira sintió miedo e incluso llegó a dudar de si sería bueno conocerla.

“Cuando mi hermana me la presentó, ella se me quedó viendo de arriba a abajo y me preguntó si yo era su hija. Entonces fui un poco grosera porque le dije con ironía: ‘si es que se puede decir que soy su hija’”.

Aunque el encuentro no fue muy cordial al inicio, la mamá la invitó a entrar a la casa para explicarle todo lo que sucedió y por qué decidió abandonarl­a. Ella le contó que en ese tiempo no tenía trabajo, que debía viajar mucho y que por eso me era muy difícil mantener a tantos hijos.

“Me pidió perdón y la perdoné, me dijo que todo lo que había hecho lo había pagado en vida. Le comenté que la había ido a visitar para que tuviera paz interior”.

Aunque Yahaira se quitó un peso de encima, reconoció que no siente a Sonia como su madre. De hecho, no le dice mamá y tampoco propició un contacto más cercano, ya que solamente ha ido dos veces más a su casa y no por iniciativa propia, sino de sus hermanos que la invitaron a compartir con ellos.

“No siento que sea mi mamá. Yo solo quería cerrar un ciclo de vida que me causaba mucho resentimie­nto y dolor”, dijo la joven.

Yahaira conoció también a Marisol, otra hermanita que doña Sonia regaló. Con ella tiene una linda relación y se ven más seguido, ya que ella también vive en Guápiles”, detalló.

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CORTESÍA Yahaira dice que cumplió con buscar a su mamá y darle su perdón.
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El 1° de diciembre de 2017 madre e hija se reencontra­ron en Pococí.

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