La Teja

ESPABÍLESE

- Kespinoza@lateja.co.cr@lateja.cr Arelys Corrales

¿Cada cuánto se deben cambiar las bujías del carro?

cumplió 18 años el 5 de enero y esperó solo tres meses para ver cumplido el sueño por su mayoría de edad.

Su papá, don Hugo Corrales, le dijo a su única hija que buscara el carro que quería, a ver si el presupuest­o le daba.

Pese a ser una jovencita, el sueño de esta vecina de barrio Lámparas, en Poás de Aserrí, no era un chuzo del año, sino un Toyota Land Cruiser 1978.

“Siempre quise uno (Toyota) así y nunca tuve pensado que fueran a dármelo o que me fueran a dar algo parecido, siempre pensé que iba a ser un carro cualquiera”, recuerda Arelys.

La jovencita reconoce que hace poco su papá “hizo un esfuerzo” económico y le preguntó que cómo era el carro que quería, “Se pueden revisar cada seis meses o cuando se cumplan los 10 mil kilómetros para verificar su estado. Si detecta alguna bujía defectuosa debe eemplazarl­as todas para que no produzca un de-

que lo buscara y, si lo encontraba, le avisara.

“Jamás pensé que fuera a dar (con el carro) , lo busqué por OMX (sitio web) no creí que ahí lo fuera a encontrar, di con él, lo fuimos a ver a Cartago y yo estaba como loca”, dijo Corrales.

Enamora al que lo ve. Al carrito tienen que meterla pintura , le hace falta un asiento y arreglarle un parabrisas que se le dañó un día de estos. Después de ahí, está puras tejas, por lo que don Hugo lo compró e hizo muy feliz a su princesa.

“Costó dos millones y medio”, agregó Arelys, la orgullosa dueña del carro desde el jueves 26 de abril.

Consultada sobre la razón por la cual quería un viejito, Arelys explicó que es por un recuerdo de infancia.

“Yo quería ese carro porque antes aquí (en la familia) tuvimos uno sequilibri­o en el encendido. Si están en buen estado y no presenta ninguna falla como pérdida de potencia, consumo excesivo de combustibl­e e inestabili­dad en el motor, en-

parecido, pero era un pick up . Entonces le tengo un amor, me desvivo donde lo veo y le dije a mi papá que quería un carro así, no del año ni moderno.

“De hecho, cuando le dije eso se sorprendió porque ahora la mayoría de gente anhela un carro moderno, bonito y le dije que no, que quería ese (Toyota) porque crecí con uno parecido”, detalló Corrales quien creció con la válida idea de que un Toyota Land Cruiser es un carro que vale la pena.

“Yo aprendí a manejar el año pasado en el Hilux que compró mi papá cuando vendió el que tenía, pero tengo que sacar la licencia aún”, comentó Arelys.

El día que lo trajeron de Cartago, lo manejó don Hugo y cuando llegaron a Aserrí le preguntó a su hija si quería llevarlo un rato y por supuesto que respondió con un sonoro “sí”.

“Pensé que no lo podía mover , tonces se pueden cambiar entre los 30 y

60 mil kilómetros, según el fabricante”, explicó el mecánico Bryan Guido (8603

5135).

igual le dije que estaba bien y no me costó (manejarlo), el volante no es hidráulico. He ido hasta elRosario de Acosta, más que todo cerca de mi casa”, añadió la estudiante de dibujo arquitectó­nico en el Colegio Técnico Profesiona­l de Aserrí.

La contó. Cuando le preguntamo­s por qué quiso contar su historia en nuestra sección “Chuzo de la semana”, esto respondió la simpática joven.

“Vi el periódico en

Palí y empecé a ver la sección donde salía una señora contando la historia de su carro. Le dije a mi papá que iba a contar mi historia porque no hay mujer más agradecida en este momento

que yo, es lo mejor que me pudo haber pasado.

“Los amigos me han dicho que está lindo (el carro)”, dijo Arelys, quien detalló que al chuzo le caben 7 personas y cuenta con motor diésel de tres mil centímetro­s cúbicos.

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