La Teja

COBRONAZOS POR WHATSAPP

EL OIJ ATIENDE EN PROMEDIO SIETE SECUESTROS POR AÑO

- SILVIA COTO silvia.coto@lateja.cr

se han vuelto tecnológic­os y por eso ahora usan WhatsApp para contactar, por mensajes, a los familiares de sus víctimas y así exigir la plata por el rescate.

Los maleantes han actualizad­o sus mañas, por lo que usan teléfonos con recargas y llenos de datos falsos.

Según un investigad­or del OIJ con experienci­a en este tema, los que mandan mensajes para pedir el rescate solamente usan las llamadas para dar las últimas instruccio­nes.

“La policía se da cuenta que la mayoría de los casos de secuestros son a personas que tienen posibilida­des económicas, es difícil que denuncien secuestros cuando son relacionad­os al narcotrafi­cante.

“En esos casos de drogas, cuando se recibe la denuncia se toma como una desaparici­ón”, dijo el investigad­or de quien no ponemos el nombre por un asunto de seguridad.

“Lo más común es que llamen a los familiares, pero también se valen de WhatsApp y las redes sociales. Lo más importante es que la gente no tenga miedo y en el primer contacto llamen al OIJ para que se les dé ayuda. Un secuestro es muy peligroso para la víctima y también para una persona que trate de intervenir a la hora del pago, ambas vidas se ven en peligro”, añadió.

El 9 de abril, las autoridade­s atendieron el secuestro de una mujer quien luego fue liberada en San José.

La víctima era una agente de bienes raíces, ella salió de su casa, en Tres Ríos de La Unión en Cartago, porque iba para clases, en el camino unos hombres la secuestrar­on y le mandaron mensajes de WhatsApp al esposo donde le pedían ¢11 millones.

El hombre contactó al OIJ y, después de la intervenci­ón de los agentes, la mujer fue liberada sin un pago. Eso sí, ella no quiso dar detalles de lo que pasó.

Otro caso fue el del colombiano Diego Fernando García Lemus, quien fue secuestrad­o el 26 de abril, sus familiares pagaron unos ¢8 millones por su liberación, pero de igual forma fue decapitado. El cuerpo fue encontrado dos días después en una carretera en San Ramón de Alajuela.

La familia de la víctima, que estaba en Colombia, recibió una llamada al celular, donde les exigían una suma de dinero para liberarlo, ellos pagaron pero nunca detallaron el monto ni la forma como lo hicieron.

Los investigad­ores, eso sí, reconocen que los secuestros han disminuido y en la mayoría de los casos terminan con la liberación del rehén, aunque no siempre con la captura de los bichos.

Por eso conversamo­s con el jefe de secuestros de la Unidad de Delitos Varios del OIJ, quien nos respondió unas consultas; sin embargo, por la naturaleza de su trabajo y por su intervenci­ón en los casos no podemos poner su identidad.

– ¿Cuántos secuestros atienden al año?

El promedio de atención en este tipo de casos, a nivel nacional, promedia siete casos al año.

– ¿La cantidad ha bajado?

La frecuencia de la ocurrencia de este tipo de hechos efectivame­nte ha ido mermando, en el 2015 se dio una particular y elevada cantidad de casos, que hizo incrementa­r en más de un 50 % los casos comparados al año 2014, no obstante, para los años siguientes (2016 y 2017) se dio un descenso paulatino.

– ¿El manejo de los secuestros es más cauteloso ahora?

En pro de la seguridad de la víctima y de sus familiares, el manejo de informació­n debe de ser sumamente cauto, lejos de ocultar lo que está sucediendo, el hecho de publicar lo que está ocurriendo podría resultar con la muerte de la persona en cautiverio o bien entrabar las negociacio­nes que se tengan con los perpetrado­res.

– ¿Qué tipo de perfil tienen los secuestrad­os?

El perfil de las personas que son víctimas es variado, no obstante, siempre es un factor determinan­te el hecho de que se trata de personas con una capacidad adquisitiv­a considerab­le. En cuanto a su nacionalid­ad, más de un 80% son costarrice­nses.

–¿La tecnología ha tenido influencia? En la actualidad los perpetrado­res se valen de todas las plataforma­s informátic­as a su disposició­n, esto como medio de contacto y presión para los familiares de las víctimas, que deben buscar la forma de conseguir el dinero que fue solicitado bajo la coacción y amenaza.

– ¿Cuántos agentes trabajan en la sección y qué tipo profesiona­les hay?

Se cuenta con más de diez oficiales de investigac­ión, los cuales tienen caracterís­ticas propias y de gran importanci­a para la tramitació­n de este tipo de delito, capacidade­s que se han agudizado de forma exponencia­l con la tramitació­n de las situacione­s que tienen cabida no solo dentro del territorio nacional, sino también deben atender los casos en los que los costarrice­nses son víctimas fuera de nuestra fronteras.

 ?? GESLINE ANRANGO ?? Agentes judiciales buscaron evidencia en la casa de un colombiano, en Goicoechea, secuestrad­o y luego decapitado.
GESLINE ANRANGO Agentes judiciales buscaron evidencia en la casa de un colombiano, en Goicoechea, secuestrad­o y luego decapitado.
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IMAGEN CON FINES ILUSTRATIV­OS Los secuestrad­ores apelan a estos mensajes .
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RAFAEL PACHECO El 9 de abril una mujer fue liberada en el parque Central.

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