La Teja

Los pachos de La Bamba

- ✦ MARCELO POLTRONIER­I Marcelo.poltronier­i@lateja.cr ROB EE R TTO RAMÍÍREEZZ CLLIIENTE

“Si no aguanta, tome Fanta”.

El Día Internacio­nal del Borracho se celebra este domingo y que mejor forma de festejarlo que contando algunas de las historias que han ocurrido en distintos bares.

En el bar La Bamba, en Sabanilla de Montes de Oca, uno de sus dueños y algunos de sus clientes nos contaran unas anécdotas que han ocurrido durante sus 90 años de existencia.

Conversamo­s con Mario Vindas, Jorge Cervantes y Roberto Ramírez.

Los cordones: Había un cliente que siempre se esperaba a que los compas se emborracha­ran, cuando estos se quedaban dormidos en la barra, el muy gracioso se encargaba de amarrarles los cordones al banco, luego les pegaba un susto y cuando salían corriendo se llevaban el banco entre las patas.

Cantó la gallina: Un cliente se puso a sacar pecho diciendo que él no le tenía miedo a la mujer porque era muy hombre, todos le estaban poniendo atención cuando entró la doña por detrás y le dijo: “¿perdón?”.

El trompo: Uno de los clientes se puso a jugar de “Rápidos y Furiosos”, por lo que se puso a hacer trompos con el carro, sentó a la novia en el asiento del acompañant­e para jugar de vivo y en una de las vueltas a lanovia se le abrió la puertaysal­ió dando vueltas por la calle.

Pintado: A uno de los tapis le daba por dormir cuando se jumaba, por lo que jaló para su carro y se durmió con la ventana abierta. Cuando se despertó todos los compas le habían pintado la cara con pintalabio­s.

Clavada: Uno de los borrachos le clavó al piso los zapatos a la novia de un amigo y cuando la muchacha trató de caminar se fue de jupa.

La servilleta: A los clientes nuevos les ponían una servilleta en la parte de atrás del pantalón, le prendían fuego y comenzaban a gritar: “huele a quemado”. Quedaban pálidos del llamarón.

La papa: Don Mario Vindas, uno de los dueños, le metió una papa a lamufla de la moto deuno de sus clientes. Como la bicha no le encendía hasta se tiró por una cuesta y nada. Cuando desarmó la moto y se dio cuenta de lo que le hicieron agarró la puerta del bar a patadas.

La mica: Mario Vindas una vez se pegó una borrachera mientras atendía en el bar. Estaba tan tapis que dos clientes muy amigos se pusieron a atender. Desde ese día no volvió a abrir los domingos.

Balazos: Uno de los dueños le puso una bombeta auncliente mientras dormía la juma en carro. del susto pegó la jupa en el techo. Se puso tan chiva que le empezó a disparar a don Mario, quien cuenta el cuento por dos razones: porque el hombre tenía mala puntería o solo le quiso pegar un susto para sacarse el clavo.

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