¿Cómo el diablo derriba a un hijo de Dios? (I)
Las 3 primeras armas son: el dinero, el orgullo y la vida sentimental. La cuarta arma es el tiempo. Había un hermano en una iglesia que tenía éxito en todo lo que hacía. Tenía comunión con Dios y andaba en santidad, oraba, ayunaba y leía la Biblia. A donde él iba, muchas personas se convertían, había sanidades, milagros, etc. El diablo, al ver eso, hizo una reunión en el infierno y envió al primer demonio: adulterio. Este le habló al hermano, diciéndole: ¡Te voy a derribar! El hermano canceló lo que el demonio le dijo, oró, ayunó, leyó la Biblia, fortaleció su matrimonio, y el demonio se fue.
El diablo convocó una reunión más y resolvió mandar al espíritu de avaricia para llenar los ojos del hermano de ambición material. Nuevamente, el hermano oró, ayunó, leyó la Biblia, sacrificó todo lo que tenía y el diablo cayó vencido. Irritado, envió el espíritu de orgullo para llenar el corazón del hermano de orgullo propio.
Pero el hijo de Dios aplicó nuevamente la receta y se humilló delante de Dios. Hasta que una vez más, el diablo cayó.
El diablo vio que todas sus tentaciones habían sido frustradas. Airado, resolvió mandar a aquellos tres demonios a quedarse en la iglesia de aquel hermano para ver dónde él fallaba. Y para allá fueron, a estudiarlo y marcar sus pasos. Un día, los tres demonios, todavía sin conseguir nada que pudiesen usar contra el hermano, vieron a otro demonio pasar por aquella iglesia. Venía bastante lento y con una apariencia cansada.
Y los tres demonios comenzaron a burlarse de él, “viejo cansado, ¿qué haces aquí?” Continuará...