La Teja

HALLA LA BELLEZA DE LA VIDA

MUERTE DE MAMÁ Y ABANDONO DEL PAPÁ TORCIÓ EL CAMINO DE FABIOLA

- ✦ FRANKLIN ARROYO frankli.arroyo@lateja.cr

El 14 de julio del 2002 cambió la vida de una pequeña de ocho años llamada Fabiola Torres. La hermosa y jovial niña quedó huérfana por un trágico accidente en el que murió su mamita Carol Cortés Hunter. El fatal hecho ocurrió frente al abastecedo­r Mercaditos en el barrio Cristobal Colón de Limón, a las 5:15 de la mañana. Ese día la familia quedó golpeada para siempre y sus miembros han tenido episodios difíciles que, aún 16 años después, luchanpor superar.

Fabiola, quien ahora tiene 25 años, nos abrió su corazón y contó parte de lo mucho que ha sufrido, de lo que ha tenido que luchar y cómo un concurso de belleza la llenó de esperanza, siempre agarrada de la mano de Dios. El accidente no tuvo acciones judiciales porque no se presentaro­n cargos en contra de nadie. Fabiola, junto con su hermana menor Jerling, quien tenía cinco años al momento de la tragedia, se quedaron sin el amorde sumamáypor si fuera poco, el papá Raúl Torres se derrumbó con la muerte de su esposa, al punto que no supo ser la guía que ellas necesitaba­n.

Alrededor de tres meses después de la tragedia, el papá se emparejó con una mujer que resultó ser una mala influencia, y entonces, las pequeñas quedaron abandonada­s físicament­e por la partida de su mamá y emocionalm­ente por su padre. Fabiola dice: “prefiero decir que no tengo papá”.

Las hermanas deambularo­n de casa en casa. Estuvieron donde la abuela paterna, doña Flor Alvarado y en las casas de algunas tías, pero no tuvieron esa autoridad que les mostrara el buen camino, esa voz amiga que las aconsejara y Fabiola tomó el camino equivocado.

El día dela tragedia. Aquel sábado 13 de julio, Carol, la mamá, fue a bailar y el domingo la familia iría al cumpleaños de una tía.

“Esa noche soñé que andaba brincando de nube en nube. Papi nos alistó y nos fuimos para Guápi-

les (a la fiesta). Cuando estábamos allí oí a alguien tosiendo fuerte y llorando, era mi papá al que ya le habían dado la noticia”.

Según publicó el periódico Al Día, Carol viajaba junto a su amigo David Meza, quien manejaba, cuando chocaron contra a parte trasera de un camión que descargaba mercadería para el abastecedo­r Mercaditos. La fatalidad se habría dado por fallas mecánicas.

Las pequeñas hermanas no sabían nada hasta que la abuelita, doña Flor, las agarró de la mano y les dijo que Dios había llamado a su mamá al cielo.

Al siguiente día en los funerales el papá, descompens­ando totalmente, alzó a las pequeñas, una en cada brazo y se las llevó desde la acera hasta la caja donde estaba la mamá para que la vieran y cerraran el capítulo.

“Fue terrible. Ellas decían llorando, ‘mamita ¿por qué te fuiste y te moristes hoy? Te veo por última vez. Eso fue como un cassette para mí que se me quedó en la cabeza y no se me ha salido. Mi hijo lloraba con una en cada brazo’”, recordó doña Flor.

Las espinas. La ausencia de Carol tuvo consecuenc­ias evidentes. Fabiola, sensible al dolor y de carácter fuerte, faltaba a clases, no estudiaba y aunque escuchaba con atención y con lágrimas a su abuelita, parecía no hacer caso de nada.

Perdió varias veces el año del cole más por ausencias que por otra cosa, cayó en el alcoholism­o y con 22 años ya tenía a sus dos hijas, Josiany, hoy de 5 años, y Janice de 3.

Ella da su vida por las dos y no se arrepiente de haberlas traído al mundo porque son su razón de ser, pero comenta que con una madre aconsejánd­ola quizás no hubiera caído en muchos errores.

“No estoy preparada aún porque no puedo darles lo que se merecen, lo que yo les quiero dar. Un día de estos, por ejemplo, una me pidió unamuñequi­tay no podía dársela, perome cayóuna platicadel­a beca y se la compré”, dijo Fabiola.

La joven sabe que con su madre no hubiera abandonado el colegio y su abuelita dice que empezó a tomar porque una madrastra la arrastró a eso.

“Desde que estaba en segundo grado me hacían bullying, mis compañeros me decían que se murió mi mamá, se burlaban de eso. Luego, uno crece y hay cosasque solo una mamá sabe”, dijo.

“Uno va desarrolla­ndo y le viene el período yunoquiere contarle eso a la mamá, es la persona ideal. Es quien te abraza y te da besos y yo no tuve eso nunca. He pensandoen tantas cosas que no me hubieran pasado si mami hubiera estado. No tengo derecho a ser una mujer joven porque tengo que buscar comida, ropa y un futuro para mis hijas y para mí”, expresó.

Concurso

fue la luz. La joven limonense lo que necesitaba era una oportunida­d para enderezar su camino y la encontró de la forma menos pensada.

Fabiola fue escogida para participar en el concurso de belleza Señora joven Reina de las Américas y eso le hizo cambiar su forma de ver la vida. Aunado a que ya estaba harta del licor y tenía más de un año sin beber.

“El concurso me dio seguridad, confianza. Conocí a una señora que fue un ángel para mí. Retomé los estudios y estoy sacando buenas notas y hay mucha gente que me felicita. Algunas materias me cuestan, pero sé que estudiando podré conseguir trabajo porque ahora solo me la juego con una ayuda que me da el IMAS y con lo que aporta el papá de una de mis hijas y una exsuegra. Pero quiero sacar el bachilerat­o y una carrera y demostrarm­e que puedo y que mis hijas estén orgullosas de mí”, contó orgullosa.

A Fabiola le fue muy bien en su debut en las pasarelas y se llevó el premio al rostro más bello.

La joven quiere decirles a todas las personas que están pasando situacione­s similares que se puede salir adelante, aún con las dificultad­es que la vida les pone y con el rechazo de las personas. Dice que el secreto está en cada uno y en querer salir del abismo.

“Yo no quiero que mis hijas pasen las dificultad­es que yo tuve. Quiero que tengan una casita estable y no andar rodando como me pasó a mi. Pienso en mi mamá y sé que estaría orgullosa de mí”, dijo.

Fabiola es estudiante de un CINDEA (Centro Integrado de Educación de Adultos) en Limón y está enfocada en salir adelante. Dejó el licor y la mala vida. Ama y trata bien a sus pequeñas y está deseosa de que la vida le dé una oportunida­d y seguir dedicándol­e sus logros a Carol en el cielo.

 ?? DE FABIOLA TORRES. CORTESÍA CORTESÍA DE FABIOLA TORRES. ?? Fabiola Torres lucha por superar una vida llena de dificultad­es. Carol Cortés con un sobrino, Andrey Calvo Torres.
DE FABIOLA TORRES. CORTESÍA CORTESÍA DE FABIOLA TORRES. Fabiola Torres lucha por superar una vida llena de dificultad­es. Carol Cortés con un sobrino, Andrey Calvo Torres.
 ?? CORTESÍA DE FABIOLA TORRES. CORTESÍA ?? La mamita con sus dos princesas, Fabiola y Yerling . Carol Cortéz y Raúl Torres eran una pareja muy feliz antes del accidente.
CORTESÍA DE FABIOLA TORRES. CORTESÍA La mamita con sus dos princesas, Fabiola y Yerling . Carol Cortéz y Raúl Torres eran una pareja muy feliz antes del accidente.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica