La Teja

Celulares hasta en la sopa

MAÑAS DE LOS REOS

- ✦ ROCÍO SANDÍ rocio.sandi@lateja.cr

La astucia de los presos para hacerse de un celular no tiene límites. Las autoridade­s penitencia­rias van de sorpresa en sorpresa cuando revisan a quienes van a visitarlos o al hacer revisiones sorpresiva­s dentro de la cárcel.

Por ejemplo, han encontrado un Iphone metido en una olla de sopa que le llevaban a un interno, un Huawei “disfrazado” de paquete de galletas y un Samsung entre un arroz con carne. Parecen escenas salidas de series policiales, pero son de la pura verdad.

Con la aprobación en primer debate de un proyecto de ley que obligaría a las empresas telefónica­s a bloquear la señal celular en las prisiones vuelve a la mesa una realidad normal –y muy desgastant­e– para los oficiales penitencia­rios, que llegan a decomisar 4.000 aparatos por año.

Sin descanso. Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitencia­ria, explica que el decomiso de celulares en las cárceles es cosa de todos los días y a todas horas.

“A veces nos llegan informacio­nes de que en una celda están usando celulares a la una de la mañana y entonces llegamos a hacer una revisión y los encontramo­s.

“Por las autoridade­s encargadas de investigac­iones sabemos que desde las cárceles se ordenan sicariatos, secuestros, se ordenan extorsione­s, estafas, se hacen amenazas, se lideran estructura­s de crimen organizado y tenemos que hacer algo para cortar con esto de una vez por todas”, dice.

Ese es el objetivo de bloquear la señal de los aparatos.

LaTeja visitó el edificio de la Policía Penitencia­ria, en San José, donde están almacenado­s 35 mil celulares decomisado­s a los reos.

Una vez allí aprovecham­os para conocer de boca de Bertozzi las mañas que usan para meter y mantener los teléfonos en las prisiones.

Bertozzi dice que ante la prohibició­n de meter los celulares a las cárceles, los reos utilizan el tiempo libre para idear métodos que les permitan conseguir que sus allegados o incluso funcionari­os de las cárceles se los lleven.

“Por ejemplo, hay teléfonos que ingresan en la sopa, en el arroz con carne, en empaques sellados de galletas; lo abren de alguna manera con mucho cuidado, lo meten (el celular) en el paquete, lo prensan con algo y lo vuelven a cerrar y no se nota, pero ya la experienci­a de nuestros policías logra detectarlo.

“También los meten en toallas sanitarias, en papel higiénico, los lanzan desde afuera de los centros penitencia­rios en paquetes”, explicó.

Quévivazos. Otra de las tácticas es esconder los aparatos en las maderas que mandan las familias para los reos que hacen artesanías.

Con toda la paciencia del mundo lo cómplices manipulan las tablas, hacen huecos, meten los teléfonos y los tapan de la mejor manera posible.

Los vivazos hasta han sacado el tiempo para entrenar animales para que les lleven celulares. El 17 de abril de este año fuimos testigos de un hecho insólito: las autoridade­s sorprendie­ron en La Reforma a un gato que llevaba amarrado un bolso con un celular, el cargador y los audífonos.

En Justicia informaron que ese fue el segundo gato que agarraron con celus, el primero lo atraparon el jueves 22 de mar-

Hay grupos que obligan a otros privados a mantener los celulares dentro de su cuerpo”. PABLO BERTOZZI DIR. POL. PEN.

El Ministerio de Justicia abre al año 400 expediente­s contra funcionari­os por diversas causas. Una gran parte es por meter oal menos intentar ingresar teléfonos a las prisiones.

zo. Por otra parte, el 4 de abril los policías le decomisaro­n a un chofer de Justicia de apellido Gómez cuatro chuzos con sus respectivo­s cargadores y los manos libres.

Al revisar la habitación del conductor hallaron otros cuatros teléfonos.

¿Cómo los esconden? Una vez que los celulares llegan a los privados de libertad comienza otro proceso que también requiere de mucha creativida­d: mantenerlo­s escondidos.

“Los reclusos hacen de todo para lograr lo que se proponen, hacen galetas (escondites) en las camas, en los camarotes, perforacio­nes en las camas de cemento que hay en Máxima (Seguridad), por ejemplo; raspanlas paredes para hacerhendi­duras, meten el celular y después le ponen una especie de revestimie­nto para que eso no se note”, explicó Bertozzi.

“Ellos tienen el tiempo para inventar todo lo que usted quiera, los esconden en las alcantaril­las, en los servicios sanitarios, en sus ropas y hasta hay grupos de poder que obligan a otros privados a mantener los celulares ocultos dentro de su cuerpo”, agregó.

Bertozzi dice que ese “juego” del gato y el ratón da pie a un negocio de contraband­o ya que los mismos reos venden teléfono a sus compañeros.

Los presos pagan de ¢40.000 a ¢400.000 a quien les lleve un aparato. El pago depende del modelo y de cuánto les urge tenerlo.

“Eso genera un mercado millonario por el volumen de telefonía que se maneja y que además es muy propenso a la corrupción porque hay funcionari­os penitencia­rios y proveedore­s que se prestan para meter teléfonos a las cárceles.

“Cada caso es diferente, pero dependiend­o del privado de libertad que sea, si hoy se le quita el teléfono ya mañana puede tener otro u otros; un día de estos le quitamos a un solo recluso cinco aparatos”, afirmó Bertozzi.

Solución definitiva. El jerarca dice que la única solución para erradicar el contraband­o de chuzos en las prisiones es el bloqueo de la señal celular. “El propósito de esto es hacer un bloqueo focalizado en los centros penales y que ese bloqueo de ninguna manera cause afectación a terceros, llá- mese vecinos y funcionari­os de la institució­n.

“Desde que hicimos la propuesta empezamos a tener acercamien­tos con las empresas de telefonía del país, el ICE, Movistar y Claro. Nosotros sabemos que es posible hacer eso, lo que evidenteme­nte las telefónica­s no quieren es asumir los costos que eso va a significar para ellos.

“El ciudadano debe saber que cada vez que lo llaman por teléfono para amenazarlo, para tratar de estafarlo, para extorsiona­rlo, es por un teléfono de estos que una operadora de estas puso en servicio de la comunidad”.

El funcionari­o dice que han estado investigan­do tecnología­s de países como Estados Unidos, Israel, Japón, China y Brasil, expertos en este tipo de temas y esperan que pronto la ley sea aprobada para acabar con los celulares en las prisiones de una vez por todas.

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 ?? MAYELA LÓPEZ. ?? Estos celulares fueron decomisado­s la semana pasada en las cárceles del país.
MAYELA LÓPEZ. Estos celulares fueron decomisado­s la semana pasada en las cárceles del país.
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MAYELA LÓPEZ. Hasta en la comida los han encontrado camuflados.
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MAYELA LÓPEZ. Estos estantes están llenos de teléfonos decomisado­s.
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CORTESÍA MINISTERIO DE JUSTICIA. Los reclusos tienen tiempo de sobra para inventar mañas.
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MINISTERIO DE JUSTICIA. Un chofer de Justicia llevaba este paquete con celus.

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