Colegiales se juegan la vida
PUENTE CAÍDO ES UNA PELIGROSA TRAMPA
de Piedras Negras, Picagres y Llano Grande del cantón de Mora, se juegan la vida a diario al cruzar por el puente sobre el río Picagres, por lo que le piden a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) que les ayuden con la instalación de una nueva estructura.
El puente cedió el 18 de abril anterior por el peso de una vagoneta que estaba cruzandola vieja estructura de madera y desde entonces los vecinos, en especial los estudiantes del Liceo de Picagres, se la han estado jugando al pasar por ahí.
Al principio, los muchachos cruzaban por el cauce del río, saltando de piedra en piedra, pero con la llegada de las primeras lluvias, el río ha ido creciendo y por eso esa posibilidad ya se esfumó pues se formaron pozas más profundas.
Por eso, uno de los más preocupados por lo que está ocurriendo es Carlos Ulloa, director del colegio, quien explicó que se han tomado algunas medidas para ayudar a los estudiantes para disminuir el riesgo de cruzar el puente caído, como mandarles los trabajos por WhatsApp y por correo para que no pierdan la materia, pero no es lo mismo que estar junto a ellos y evacuar dudas.
“No queremos que los muchachos abandonen los estudios, pe- ro sabemos el alto riesgo al que se exponen cada día, por eso hemos pedido la intervención de la Defensoría de los Habitantes a fin de lograr una solución pronta”, agregó Ulloa.
Otros afectados son los trabajadores de las zonas de La Garita y Turrúcares, quienes deben pasar por allí para abordar el autobús que los lleve a sus centros de trabajo. Para colmos, la ruta alterna por San Antonio de Puriscal también está en pésimas condiciones y podría causar una emergencia peor.
“Yo siempre acompaño a mi hijo Ignacio Porras y a otros muchachos porque es muy peligroso que pasen por aquí. Incluso, prefiero que mi hijo pierda el año (cursa el octavo año) y no la vida, pero él desea seguir estudiando y yo respeto su decisión. Pero me preocupa que aumente el riesgo con las lluvias”, explicó Jesús Porras.
Un criterio similar tiene Fabio- la Alpízar, estudiante de octavo del Liceo de Picagres, quien explicó que por lo peligroso de cruzar ese puente ya está pensando en no seguir asistiendo a clases para no arriesgarse.
“Parece que el Gobierno solo actúa cuando se pierden vidas, ojalá no tenga que pasar eso para que nos ayuden. Somos 30 estudiantes los que estamos en esta situación”, agregó la joven.
Lo que queda del puente también se ha corrido por la crecida del río y a lo mejor con un buen aguacero se termine de desplomar y ahí sí es cierto que no tendrán modo de asistir a clases.
“Ya es hora de que el Conavi haga algo por nosotros, somos muchos los afectados y tres cantones los que dependemos de este puente”, dijo don Rogelio Segura, de 78 años, quien se la juega para ir a hacer sus mandados al centro de Puris.